Tomás Páez, sociólogo y coordinador del Observatorio de la Diáspora Venezolana, afirmó que aunque no lo parezca, toda migración genera impactos positivos en el desarrollo económico, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y la productividad de las naciones de acogida, así como en la reducción de la pobreza global.
En entrevista con Radio Fe y Alegría Noticias, Páez subrayó que Estados Unidos es un ejemplo claro de cómo la migración contribuye a la construcción de un país próspero.
“En Venezuela, como país de inmigrantes que fue, recibimos migrantes de todos lados, de China, Líbano, Siria, de toda Latinoamérica y países europeos y con ellos crecimos”, recordó.
El sociólogo enfatizó que el éxodo venezolano influye en tres dimensiones principales. Primero, beneficia a los propios migrantes al permitirles obtener recursos para enviar a sus familias, en especial al alrededor de 1.5 millones de niños y jóvenes que quedaron atrás en Venezuela.
Paralelamente, tiene beneficios para los países y comunidades de origen, ya que estos alquilan viviendas, consumen bienes y servicios, pagan impuestos y contribuyen a generar empleo y riqueza.
Añadió que no solo hay un impacto económico, sino también uno cultural que enriquece a las sociedades de acogida.
Migración venezolana respecto a otras
Por otro lado, resaltó que la diáspora venezolana comparte similitudes y diferencias respecto a la de otros países.
A diferencia de aquellos que huyen de conflictos bélicos, como los provenientes de Ucrania y Siria, los aproximadamente 8 millones 200 mil venezolanos (según registros del Observatorio de la Diáspora Venezolana) que se movilizaron hacia nuevas geografías lo hacen debido a la precariedad de los servicios públicos y la crisis económica.
Sin embargo, el sociólogo indicó que las necesidades, desafíos y oportunidades que enfrentan son similares.
Páez destacó que las oportunidades de integración para los refugiados venezolanos se facilitan en gran medida por el hecho de que dos tercios de ellos se fueron a países de América Latina, con los cuales comparten una historia común desde la Gran Colombia y el idioma.
Respuesta de la comunidad internacional
Páez elogió las políticas adoptadas por algunos países como Colombia, Ecuador, Brasil, Argentina y Uruguay, que demostraron apertura y solidaridad hacia los connacionales. “Yo me quito el sombrero frente a esos países que han acogido a los venezolanos, sin pasaporte, casi que sin cédula, sin documentos de identidad”, expresó.
Sin embargo, también señaló que ciertos dirigentes en Perú han difundido mensajes xenófobos, a pesar de que los datos desmienten que los venezolanos sean responsables del aumento de la delincuencia, tal y como lo señalan algunos de ellos.
Adicionalmente, enalteció los esfuerzos de cooperación internacional, como el del gobierno de Canadá que recaudó recursos en colaboración con la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y la Unión Europea.
No obstante, aseveró que la demanda de recursos para atender a los refugiados venezolanos compite con otras crisis migratorias en todo el mundo. Sugirió replantear el enfoque actual y considerar a la diáspora venezolana como parte de la solución, aprovechando sus capacidades técnicas y su impacto en el desarrollo económico de los países receptores.
“Estamos compitiendo con otras migraciones de todo el mundo que también necesitan recursos (…) Nuestro planteamiento es hacer ver que nuestra diáspora no es el problema, sino parte de la solución si sabemos aprovechar sus capacidades técnicas y su impacto en el desarrollo económico de los países receptores”, puntualizó Páez.
Fe y Alegría Noticias
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