La devoción al sábado dedicado a la Virgen María es una práctica que se remonta a los primeros siglos del cristianismo. Los primeros cristianos, en su mayoría judíos convertidos, seguían la costumbre de observar el sábado como día de descanso y oración. Sin embargo, con el tiempo, comenzaron a dedicar este día a la Madre de Jesús, quien había sido una figura clave en la vida de su Maestro.
Esta devoción se basa en varios textos sagrados que destacan el papel de María en la historia de la salvación. Por ejemplo, el Evangelio de Lucas narra cómo la Virgen recibió la visita del arcángel Gabriel, quien le anunció que sería la Madre del Salvador. Este pasaje, conocido como la Anunciación, muestra cómo María se entregó por completo a la voluntad de Dios, convirtiéndose en el modelo de obediencia y humildad para todos los cristianos.
Otro texto que respalda la devoción mariana es el Magnificat, un himno que la Virgen entonó después de visitar a su prima Isabel. En este canto, María alaba las maravillas que Dios ha realizado en su vida y en la historia de su pueblo, reconociendo su papel como sierva humilde y fiel del Señor.
En la tradición católica, la devoción al sábado dedicado a la Virgen María se ha ido profundizando con el tiempo. En el siglo XVII, la beata Alfonso María de Ligorio promovió la práctica de dedicar los primeros sábados de cada mes a la Virgen, ofreciendo oraciones y sacrificios en su honor. Según la beata, esta devoción ayudaría a los fieles a crecer en la fe y en el amor a la Madre de Dios.
Esta práctica está basada en una revelación que la Virgen hizo a la vidente Lucía dos Santos en 1925, en la que le pidió que promoviera la devoción de los primeros sábados. Según esta revelación, quien cumpla con esta devoción recibirá la gracia de la conversión y de la perseverancia final.
En resumen, la devoción al sábado dedicado a la Virgen María es una práctica arraigada en la tradición católica, basada en varios textos sagrados que destacan el papel de María en la historia de la salvación. La devoción a los primeros sábados, promovida por la beata Alfonso María de Ligorio y basada en una revelación de la Virgen a Lucía dos Santos, es una forma de profundizar en la relación con la Madre de Dios y de recibir sus gracias y bendiciones.
José R. Espina F.
La Grey Digital
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