Al cierre del Encuentro con Instituciones y Organismos de Ayuda a la Iglesia de América Latina
«Cuando una institución eclesial orientada al servicio, pierde su encuadre evangelizador fácilmente se torna autorreferencial y termina convirtiéndose en una acción humanitaria,» advirtió Mons. Robert Prevost, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, durante su intervención en el encuentro con instituciones y organismos de Ayuda a la Iglesia de América Latina que finalizó este 23 de junio en el Vaticano.
En la conferencia titulada «La unión de los hermanos es gracia» el también prefecto del Dicasterio para los Obispos, analizó la importancia del servicio eclesial que ofrecen los organismos de ayuda a las Iglesias en América Latina, a la luz de los principios y criterios de la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium,» que sabemos determina los principales parámetros de la reforma a la Curia Vaticana.
Renovar la mente y el corazón
Al respecto, el prelado recordó que el Papa Francisco tomó como punto de referencia la eclesiología del Concilio Vaticano II para pensar en la reforma de la curia romana que desde su perspectiva en buena medida representa la eclesiología del pueblo de Dios, el mismo que camina con la historia. De ahí que sean textos de obligada referencia las constituciones Lumen Gentium y Gaudium et Spes, para entender la reforma.
De hecho podemos notar que el subtítulo oficial de la Praedicate Evangelium es constitución Apostólica sobre la curia romana y su servicio de la Iglesia en el mundo. En esta línea Mons. Prevost compartió tres ideas que aparecen en dicho documento y que en sus palabras pueden servir de inspiración al momento de repensar la importante misión y responsabilidad de las instituciones y organismos de ayuda a la Iglesia en América Latina.
Dichas ideas anota el obispo, no surgen de las “normas generales” o la reorganización de los dicasterios, órganos de justicia o instancias económicas en la Santa Sede porque «las reformas en las estructuras y en lo organizativo son necesarias, pero, sin duda, lo verdaderamente importante es la renovación de la mente y el corazón de las personas,» porque no podemos apartarnos de que las leyes y los documentos son siempre limitados y por lo general efímeros, porque la realidad se encuentra en permanente transformación.
Superando la eficiencia organizacional
En este sentido Mons. Prevost planteó como principio básico la renovación. Se trata de la renovación de nuestro «caminar juntos» a la luz de la dimensión misionera de la Iglesia, renovar nuestro servicio a través de una conversión sinodal y renovar nuestro servicio con una verdadera conciencia de corresponsabilidad.
Para el obispo la reforma no quedo orientada por criterios de eficiencia organizacional o esquemas formales de articulación funcional, más bien está dirigida a la conversión misionera de la Iglesia. Aquí es preciso recordar que el primer servicio que la Iglesia debe prestar es la evangelización y sobre esa base se trabaja lo demás. «La Iglesia puede ofrecer diversos servicios pero el más específico y fundamental es la evangelización,» comentó, por lo que insistió en que «cuando nos ayudamos mutuamente a recordar de manera constante que nuestra misión principal es la evangelización, no importa si nuestros recursos son pequeños o grandes, porque lo fundamental ya está dado».
Así el llamado de Mons. Prevost es a que las instituciones como los organismos de ayuda a la Iglesia en América Latina no prescindan de esta consideración. «Servir es principalmente evangelizar y eso significa entre otras cosas a estar dispuesto a dejar las zonas de confort».
Un testimonio
Tras escuchar la ponencia y al cierre del encuentro con instituciones y organismos de Ayuda a la Iglesia de América Latina, Nicolás Meyer coordinador de Cáritas en América Latina y el Caribe compartió su balance del evento y como parte de las enseñanzas aseguró que en el encuentro se propusieron trabajar la lógica de procesos y no de proyectos lo que tiene mucho que ver con el último congreso de Cáritas Latinoamérica y el caribe, principalmente en lo referente a redes territoriales. Entonces las nuevas figuras eclesiales deben apuntar a procesos más de fondo, de cambio estructural que tengan que ver con todas las dimensiones que involucran el desarrollo humano integral y sus desafíos.
Refiriéndose a los aprendizajes del encuentro Nicolás Meyer habla de la necesidad de conocerse y entender las identidades, historias y modalidades de trabajo en las organizaciones de apoyo, servicio y financiamiento a la región. «Después tenemos que buscar agendas comunes para articular algunos procesos donde se está trabajando en algunos casos de forma aislada y lograr una vinculación fuerte con la Pontificia Comisión para América Latina, el Celam y los diferentes dicasterios. Buscar que ese vínculo pueda ser lo más natural, integral y cotidiano posible,» agregó.
Equipos formados
De esta forma hablando de retos y cooperación internacional. El especialista aseguró que es importante generar un proceso de equidad para que todas las Cáritas accedan a la cooperación fraterna de otras Cáritas de Europa. «Después necesitamos fortalecer a las caritas nacionales para que tengan conocimientos técnicos, las habilidades para gestionar fondos con la complejidad que hoy requieren las organizaciones».
Para ello es necesario contar con equipos formados y robustos. Especialmente que tengan clara la misión de servir desde la opción eclesial de Cáritas para no caer en mecanismos de cooperación que son más de ONG y no de procesos socio pastorales como los que queremos en Cáritas. «Creo que el rol nuestro como secretariado regional es muy importante para gestionar bien a la información y ser voz de las Cáritas Nacionales que tienen situaciones más complejas, viven muy demandadas por las necesidades del territorio y las distintas realidades. Entonces esperemos intensificar nuestro rol de servicio para lograr que las Cáritas seamos un actor fuerte de facilitación, diálogo e interlocución de procesos»
«Cuando una institución eclesial orientada al servicio, pierde su encuadre evangelizador fácilmente se torna autorreferencial y termina convirtiéndose en una acción humanitaria,» advirtió Mons. Robert Prevost, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, durante su intervención en el encuentro con instituciones y organismos de Ayuda a la Iglesia de América Latina que finalizó este 23 de junio en el Vaticano.
En la conferencia titulada «La unión de los hermanos es gracia» el también prefecto del Dicasterio para los Obispos, analizó la importancia del servicio eclesial que ofrecen los organismos de ayuda a las Iglesias en América Latina, a la luz de los principios y criterios de la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium,» que sabemos determina los principales parámetros de la reforma a la Curia Vaticana.
Paola Calderón / RD
Síguenos en Twitter como @lagreydigital y Telegram: La Grey Digital