En su ya acostumbrada rueda de prensa a bordo del avión de regreso a Roma, el Papa Francisco habló, entre otros temas, sobre su pedido a la Virgen de Fátima, su salud, los abusos en la Iglesia y su propia experiencia en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Lisboa 2023 que ha concluido este domingo.
Sobre su oración ante la Virgen de Fátima, en la que se tenía previsto que hiciera una mención explícita por el fin de la guerra en Ucrania, el Papa precisó que sí le pidió eso a la Madre de Dios.
“Recé, recé. Recé a la Virgen y recé por la paz. No he hecho publicidad. Pero he rezado. Y debemos repetir continuamente esta oración por la paz”, señaló el Pontífice.
En la Primera Guerra Mundial, precisó, la Virgen de Fátima pidió esto y “se lo he pedido a la Virgen. Y he rezado. No he hecho publicidad”.
El Santo Padre también habló de su salud y precisó que está en buen estado.
“Mi salud está bien. Me quitaron los puntos, hago vida normal, llevo un vendaje que tengo que llevar durante dos, tres meses para evitar un eventual ‘eventración’ (en lenguaje médico: salida de las vísceras abdominales, ed.) hasta que los músculos estén más fuertes”.
En ese sentido, Francisco explicó la importancia de resaltar la comunicación con las homilías, algo que él hace con preguntas e intentado ser breve, porque “los jóvenes no tienen mucho tiempo de atención”.
En ese sentido resaltó que “si haces un discurso claro, con una idea, una imagen, un afecto, te pueden seguir ocho minutos”, algo que debe considerarse para las homilías en general, porque “a veces son una tortura”.
“La Iglesia debe convertirse a este aspecto de la homilía breve, clara, con un mensaje claro, y afectuosa”, subrayó.
El Papa también opinó sobre los abusos sexuales en la Iglesia, al ser preguntado por un periodista portugués del diario Observador sobre el informe presentado en febrero de este año que da cuenta de casi 5 mil víctimas en 70 años, en la Iglesia en Portugal.
El Pontífice recordó que se encontró de manera “muy reservada” con 13 víctimas en la Nunciatura Apostólica en Lisboa y “dialogamos sobre esta peste, esta tremenda peste” de los abusos.
Tras recordar como un hito el escándalo de los abusos sexuales en Boston, en la década del 2000 en Estados Unidos, el Pontífice resaltó que “en la Iglesia estamos usando una frase continuamente: ‘tolerancia firme’, ‘tolerancia cero’. Y los pastores que no se hicieron cargo tienen que hacerse cargo de esa irresponsabilidad”.
“Exhorto a que estemos muy abiertos en todo esto”, agregó.
Francisco denunció luego que, hoy en día y a través del teléfono “se tiene acceso al abuso sexual de menores, y este abuso se filma en vivo”.
“El abuso es como comerse a la víctima o peor, herirla y dejarla viva. Hablar con las víctimas es una experiencia muy dolorosa, que también a mí me hace bien, no porque me guste escuchar, sino me ayuda a hacerme cargo de ese drama”, aseguró.
La periodista alemana Hinterberger Emma Elisabeth de Ard Roma le recordó luego al Papa lo que él dijo respecto a que la Iglesia hay lugar para todos y le preguntó por qué las mujeres o los homosexuales no pueden recibir todos los sacramentos.
“Usted me hace una pregunta sobre dos puntos de vista diferentes, la Iglesia es abierta para todos, luego hay legislaciones que regulan la vida dentro de la Iglesia. El que está dentro está según la legislación, lo que dices es una simplificación: ‘no puede hacer los sacramentos’”, respondió el Papa.
“Eso no quiere decir que la Iglesia esté cerrada, cada uno encuentra a Dios en su camino dentro de la Iglesia, y la Iglesia es madre y guía a cada uno en su camino. Por eso no me gusta decir: vienen todos, pero tú, éste, pero el otro… Cada uno, cada uno en la oración, en el diálogo interior, en el diálogo pastoral, busca el camino a seguir”, agregó.
Sobre su experiencia personal en la JMJ Lisboa 2023, el Papa dijo que “de las que he visto esta es la mejor preparada. Los jóvenes son una sorpresa. Los jóvenes son jóvenes. Hacen chiquilladas, la vida es así. Pero intentan seguir adelante. Y son el futuro”.
“El asunto (el propósito) es acompañarlos. El problema es saber acompañarlos. Y que no se desprendan de sus raíces. Por eso insisto tanto en el diálogo mayores-jóvenes, abuelos con nietos. Este diálogo es importante, más importante que el diálogo entre padres e hijos. Los abuelos, las raíces”, resaltó.
ACI Prensa
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