Balance APSA demuestra transparencia en su contribución a la misión evangelizadora de la Iglesia

27

Fue publicado el balance 2022 de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. El organismo ha aportado más de 32 millones de euros para cubrir las necesidades de la Curia Romana.

En 2022, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) aportó 32,27 millones de euros para cubrir las necesidades de la Curia Romana. Esta es la cifra más destacada que se desprende de la publicación -el jueves 10 de agosto- del balance del organismo vaticano para 2022. El resultado económico de la APSA fue, por tanto, de equilibrio, ya que la contribución pagada a la Curia Romana, de acuerdo con las disposiciones compartidas con la Secretaría para la Economía, fue igual al beneficio obtenido.

Las páginas presentadas y las cifras contenidas en ellas -escribe el presidente de la APSA, monseñor Nunzio Galantino, en la carta que acompaña al balance- hablan de una administración que, como todas, ha tenido y sigue teniendo que contar con los efectos de la crisis pandémica y la incertidumbre derivada de los conflictos en curso. No obstante, son páginas que “alimentan una ambición: arrojar luz sobre un ámbito, el de la administración y la gestión, que se nutre de competencia, lealtad y transparencia; pero también de confianza, como afirmaba ya en el siglo XVIII el gran economista Antonio Genovesi”.

Otro elemento que destaca de la lectura del balance es el importe pagado por APSA en concepto de impuestos directos e indirectos derivados de la gestión y posesión de bienes inmuebles en territorio italiano. En el ejercicio fiscal de 2022, pagó 6,05 millones de euros por Imu y 2,91 millones de euros por Ires, de los cuales, solo por APSA, 4,65 millones por Imu y 2,01 millones por Ires.

A este respecto, el arzobispo Galantino explica que “la transparencia de las cifras, de las realizaciones y de los procedimientos definidos es uno de los instrumentos de que disponemos para disipar, al menos en quienes están libres de prejuicios, las sospechas infundadas sobre el alcance de los bienes de la Iglesia, su administración o el cumplimiento de los deberes de justicia, como el pago de los impuestos debidos y otras exacciones”.

Por otro lado, observa el arzobispo, “a poco más de un año de la publicación de la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, son cada vez más claras la naturaleza y las tareas asignadas por el Papa Francisco a APSA”.  Pero “también es evidente la parte de responsabilidad que recae sobre ella”. En efecto, a través de “procedimientos comprensibles, eficaces y transparentes, APSA está llamada a contribuir a la misión evangelizadora de la Iglesia”.  En este sentido, señala el presidente, “todos estamos hoy convencidos de que la reputación de la Iglesia en la gestión de lo que le es confiado por la generosidad de los fieles es un requisito previo para la credibilidad de su anuncio”. He aquí, pues, “una de las razones que justifican la publicación, por tercer año consecutivo, del balance”.

 “Con la colaboración y la profesionalidad de toda la comunidad de APSA, señala el arzobispo, se continúa el camino para alcanzar los objetivos fijados en el plan trienal de desarrollo, que se actualiza continuamente y se presenta a los órganos de control de la Santa Sede. El objetivo de todo es el apoyo económico a la misión del Papa y de las estructuras que, con él, comparten la tarea de la evangelización”.

Síntesis del balance 2022 de la APSA

Poco más de un año después de la publicación de la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, la naturaleza y las tareas asignadas por el Papa Francisco a la Administración del Patrimonio de la Santa Sede son cada vez más claras.

Teniendo en cuenta esta transparencia, el informe ofrece una visión general de los resultados obtenidos y de las dificultades económicas a las que se ha tenido que hacer frente. En particular, desde el punto de vista económico, el ejercicio 2022, tras el periodo de pandemia de Covid-19, se caracterizó también por las “consecuencias financieras y económicas negativas” derivadas del conflicto en Ucrania. Además, como ya “se presagiaba en los primeros meses, se produjeron presiones inflacionistas y un aumento significativo de los costes energéticos, que repercutieron negativamente en los resultados operativos de las distintas áreas de actividad de APSA”.

En el lado positivo, las cifras del resultado de la gestión inmobiliaria muestran un aumento de 32 millones de euros en comparación con 2021.

Por otro lado, hay que recordar que la APSA está llamada a administrar los bienes muebles e inmuebles de la Santa Sede de acuerdo con determinados objetivos. En primer lugar, el objetivo no es el lucro, sino la conservación y consolidación del patrimonio recibido como dote mediante el recurso a lo que el Papa Francisco ha denominado “inversiones de las viudas”. Se trata de una expresión popular que pone de relieve los criterios con los que, aún hoy, opera la Oficina de Inversiones de APSA, es decir, no perseguir fines especulativos sino “contenido de tasa e impacto social comprobado”. En este período particular, con indicios de reanudación de las actividades normales, la APSA está llamada a llevar a cabo una administración creíble y fiable, basada en los procesos de racionalización, transparencia y profesionalidad exigidos por el Papa.

En cuanto a la gestión mobiliaria, la política de inversión de APSA, de acuerdo con criterios de prudencia y nunca especulativos, siguió caracterizándose por “un correcto equilibrio entre riesgo y rentabilidad a medio y largo plazo, favoreciendo una asignación prudente de activos”. En 2022, a pesar de una coyuntura económica incierta, se consideró “más conveniente una asignación estratégica conservadora de la cartera, caracterizada por una exposición limitada a la renta variable (en torno al 25%, incluido el componente de activos alternativos)”. Pero también “una reducida madurez media del segmento de obligaciones de unos 4/5 años y un elevado nivel de liquidez de precaución”, tanto para hacer frente a los futuros e inciertos compromisos financieros de la Santa Sede como a “los cambios en la gobernanza, vinculados también a la nueva Constitución Apostólica”.

En particular, el resultado de la gestión de valores fue de -6,7 millones de euros, frente al resultado positivo de 19,85 millones de euros obtenido en 2021. Esto supuso una diferencia de -26,55 millones de euros con respecto a 2021. También aumentaron los gastos de explotación, que pasaron de 10 a 13 millones de euros. Habida cuenta de las elevadas valoraciones del mercado, del frágil crecimiento económico, de la fuerte caída de los beneficios empresariales y de la espiral inflacionista, APSA prefirió “mantener un posicionamiento de cartera prácticamente sin cambios con respecto a 2021, sin dejar de adoptar una política constante y prudente de control de riesgos”. Las inversiones en activos alternativos se mantuvieron en stand-by, en la medida en que pudieran repercutir en la gestión de la liquidez.

Las inversiones financieras gestionadas por APSA ascendían a aproximadamente 1.777 millones de euros a 31 de diciembre de 2022, e incluyen tanto la gestión de la propiedad como la gestión de terceros (entidades de la Santa Sede o relacionadas con ella). APSA también gestiona otras actividades, que incluyen los costes relacionados con el funcionamiento de toda la estructura, incluida la Peregrinatio ad Petri Sedem.  En el informe adjunto al presupuesto se hace referencia al plan trienal promovido para optimizar los resultados y mejorar los métodos de trabajo. En concreto, se calcula un beneficio de 55,4 millones de euros una vez alcanzados los objetivos. Esto se consigue también mediante la aplicación del programa de “vacantes retornables” para lograr una disminución gradual de las unidades de edificios vacantes. En los dos maxi-lotes en que se divide el proyecto, 79 inmuebles ya han sido renovados y se están comercializando. En el segundo lote, de 61 unidades, ya se ha iniciado la fase de renovación.

Vatican News

Síguenos en Twitter como @lagreydigital y Telegram: La Grey Digital