El gobierno de Daniel Ortega autorizó la procesión que se enmarca en la celebración popular en honor al patrón no oficial de Managua
Cada año doña Marina Sánchez carga una réplica de la imagen de Santo Domingo de Guzmán en la procesión de “Minguito”, patrono no oficial de Managua, en una celebración popular que dura diez días en la capital nicaragüense.
Sin tantas flores ni adornos, la réplica de Santo Domingo baila también en brazos de Marina, una señora de la tercera edad que mueve sus pies al ritmo de música filarmónica, característica de esa celebración religiosa y tradicional.
Marina, sin dejar de bailar, comenta a Efe que este año pidió a “Minguito”, especialmente, por “la Paz en Nicaragua”, y también por todos los jóvenes del mundo para que se “conviertan” en fieles y creyentes de Dios.
Mientras la imagen de Santo Domingo de Guzmán brinda un espectáculo de baile gracias a sus cargadores, en las afueras de la iglesia del mismo nombre que “visitó” durante diez días, Marina dice que otra de sus peticiones es que le ayude a mejorar su salud y la de su familia.
La procesión avanza y Marina avanza con ella, al igual que cientos de personas que desean acompañar a la pequeña imagen de diez centímetros de alto, en medio de una especie de éxtasis colectivo que aumenta con el son de la música.
La imagen de “Minguito”, como es conocido por los nicaragüenses, no solo es rodeada por el sinnúmero de creyentes que desean tocarla, sino por un fuerte dispositivo policial que se posiciona en forma de aro, precisamente para evitar la aglomeración de personas que puedan dañar la imagen.
El Gobierno de Nicaragua autorizó la procesión
La celebración de Santo Domingo de Guzmán se inició el primero de agosto y contó con el permiso gubernamental, contrario de otras procesiones que fueron limitadas por mantener fuertes roces con la Iglesia católica nicaragüense. Adornado con flores blancas y amarillas, la imagen partió en una procesión de 10 kilómetros hacia la iglesia “Las Sierritas”, al sur de Managua.
En todo su recorrido, la imagen del santo es cargada en hombros y “bailando” por tradicionalistas y promesantes que hacen turnos durante el trayecto. A su paso por los barrios de Managua, cientos de personas lo saludan, cargan réplicas, se visten con trajes típicos, otros se bañan en aceite usado de motor simulando ser “diablitos”, mientras otros le bailan y pagan promesas por favores recibidos del popular santo.
La peregrinación, que dura unas doce horas, se caracteriza por una tradición donde se mezclan rezos de pagadores de promesas con abundante consumo de alcohol y ritos católicos y paganos. Durante los diez días que permanece en la iglesia Santo Domingo, en el antiguo centro político de Managua, la imagen es visitada por miles y es llevada a recorrer barrios orientales, que también es una romería multitudinaria y colorida. La tradición religiosa se remonta a 1885, cuando la imagen del santo se le apareció en el tronco de un árbol al leñador Vicente Aburto.
Las fiestas, capaces de atraer a cientos de miles de personas, son tan grandes que a menudo se cree que Santo Domingo de Guzmán es el patrono de Managua, título que en realidad le pertenece a Santiago Apóstol.
Pero pocos nicaragüenses reparan en eso. En Managua, Santo Domingo de Guzmán es el venerado por excelencia, y sus fiestas continúan siendo las más grandes de Nicaragua.
Ecclesia
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