Se tratan de Tomás Sergio Zamora y William Mora. De momento las autoridades nicaragüenses no se han referido a esa denuncia, a la que generalmente no responden
Las autoridades de Nicaragua prohibieron la entrada al país a dos sacerdotes nicaragüenses que habían participado en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Portugal, tal y como ha denunciado este viernes la investigadora nicaragüense exiliada Martha Patricia Molina.
Los sacerdotes son Tomás Sergio Zamora Calderón, párroco de la iglesia Nuestro Señor de los Milagros, de la diócesis de León y Chinandega (noroeste), y William Mora, párroco de la iglesia Cristo Rey, de la diócesis de Siuna (Caribe norte), precisó la investigadora, que es autora del estudio titulado ‘Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?’ y que da seguimiento a la situación que viven los religiosos en el país centroamericano.
Molina explicó que los dos sacerdotes asistieron a la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa “y a su regreso, el día de hoy, la dictadura le prohibió el ingreso a Nicaragua”.
Según la investigadora, la comunidad católica de la parroquia que presidía Zamora Calderón “se encuentra consternada con la noticia, porque era un cura dinámico y muy cercano a su pueblo”. “Fue por mucho tiempo responsable de Cáritas León (obligada a cerrar) y tesorero de la diócesis de León y Chinandega”, ha precisado.
En el caso del sacerdote William Mora, era responsable de la pastoral juvenil de la diócesis de Siuna: “Tenía una vida pastoral activa en su comunidad, que ahora pregunta qué será de ellos sin su pastor”, ha agregado.
De momento las autoridades nicaragüenses no se han referido a esa denuncia, a la que generalmente no responden.
Más de ochenta religiosos han abandonado Nicaragua
Las relaciones del Gobierno sandinista de Daniel Ortega y la Iglesia viven momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas, y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.
Como consecuencia, hasta el pasado 7 de junio el régimen había obligado a 77 religiosos a abandonar el país desde que estalló la crisis sociopolítica en esta nación centroamericana en abril de 2018, incluido al obispo auxiliar de la Archidiócesis de Managua, Silvio Báez, y monjas extranjeras, según la investigadora.
De ellos, al menos cuarenta religiosos han sido expulsados en los últimos cinco años, entre ellos el sacerdote panameño Donaciano Alarcón, a inicios de abril pasado.
Otros 17 religiosos se han marchado al exilio alegando razones de seguridad. A doce de las autoridades nicaragüenses les han prohibido la entrada al país, sin incluir los últimos tres. Y ocho desterrados, declarados apátridas y “prófugos de la Justicia” acusados de delitos considerados “traición a la patria”. Para Molina, la expulsión, destierro o exilio de religiosos es parte de la persecución contra la Iglesia católica nicaragüense.
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