Una investigación desarrollada durante dos años en Venezuela identificó el perfil del voluntariado en acción humanitaria, sus capacidades, contribuciones en la movilización social para salvar vidas y los aportes a la reconstrucción de los vínculos sociales a nivel comunitario.
“El voluntariado y las diferentes expresiones de solidaridad que han surgido en el país, han dado respuestas concretas, desde el aporte individual a lo colectivo, para sostener la vida, construir nuevas capacidades y aprendizajes a nivel comunitario, así como reconstruir un sentido de unión, propósito común y de fraternidad, que durante muchos años fueron afectados por la conflictividad política y violencia social”, así se lo afirman los investigadores del I Estudio de Voluntariado Comunitario en Venezuela, en el que participaron 2.500 personas en 23 Estados del país, pertenecientes a la organización Caritas de Venezuela.
La práctica del voluntariado se intensificó para responder a las necesidades
urgentes que se extendieron en los últimos años en Venezuela. 92% de los participantes en la investigación declaran tener una experiencia de voluntariado reciente, en rangos de permanencia en grupos de voluntariado de la organización estudiada que va de 6 meses hasta 5 años. Más del 70% de los participantes declaran que el aporte social del voluntariado en la solución de problemas prioritarios de su comunidad es alto.
“El voluntariado comunitario en Venezuela ha permitido articular, desde las comunidades, actividades humanitarias con aportes continuos y sistematizados durante siete años. En preguntas donde podían elegir más de una opción, las principales actividades identificadas fueron 54,1% preparación/provisión de alimentos y 59,26% jornadas de salud/provisión de medicamentos. 18% declara actividades de aprendizaje comunitario vinculados a temas de saneamiento doméstico y manejo de agua segura” reseña el I Estudio de Voluntariado Comunitario en Venezuela, en el que participaron un equipo interdisciplinario de la Asociación de Promoción Humana y Caritas de Venezuela.
Proyecciones realizadas sobre una base de 30 mil voluntarios y el tiempo donado al voluntariado permitieron estimar en más de 15 millones de horas hombre al año el aporte del voluntariado dedicado a actividades humanitarias en la organización Caritas de Venezuela.
EL ROSTRO DEL VOLUNTARIADO VENEZOLANO: UNA EXPERIENCIA FEMENINA, ADULTA Y DESCENTRALIZADA.
La investigación con componentes cuantitativos y cualitativos se realizó entre septiembre 2021 al 2022, utilizando encuestas y grupos focales para lograr datos fiables.
“La experiencia del voluntariado comunitario estudiada tiene mayoritariamente
una participación femenina, localizada en regiones del interior del país y con un
alto nivel de educación. 80% de los participantes en los grupos de voluntariado son
mujeres y 20% hombres. 67% con preparación universitaria y 32% con preparación
media, básica y en oficios. 65% declara vivir en ciudades del interior del país, 31,19%
en pueblos y caseríos y 3% en caseríos y comunidades indígenas.”
La movilización y organización de las personas en actividades de voluntariado en Venezuela ha ocurrido de manera orgánica y la participación ha sido libre, orientada al bien común y sin esperar retribuciones: el 77% de las personas participantes en la encuesta han integrado a una o más personas a su grupo de voluntariado.
UN MAYOR ÉNFASIS EN EL CUIDADO DEL VOLUNTARIADO Y SU CAPITAL SOCIAL.
Los investigadores recomiendan preservar el capital social construido en las comunidades durante sus prácticas de voluntariado, desde la primera línea de atención. “Es necesario que se considere un mayor énfasis en el cuidado y la gestión de los voluntarios: El diseño de programas de ayuda debe contemplar la propia vivencia del voluntariado en realidades comunitarias desafiantes. Es necesario se consideren actividades para el cuidado emocional, la gestión de las relaciones dentro del grupo y la propia motivación de los participantes.”
Asimismo, destacan que la participación ciudadana será clave para afrontar un mundo con mayores emergencias. “En un contexto global de mayor incremento de eventos e impactos derivados de amenazas socio-naturales, los actores humanitarios, los gobiernos y las organizaciones sociales actuando de manera vertical no podrán, por sí solas, enfrentar las necesidades de un mundo con más emergencias. Los tomadores de decisión y formuladores de políticas públicas deben adecuar sus dinámicas de articulación para asegurar prácticas más horizontales que garanticen una mayor y real participación del voluntariado en las fases de preparación, respuesta y recuperación”.
Reporte Catolico Laico
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