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jueves, diciembre 12, 2024
¿Por qué son importantes las 4 misas que se celebran por Navidad?

¿Por qué son importantes las 4 misas que se celebran por Navidad?

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En diciembre de 2019, el Papa Francisco firmó la carta apostólica Admirabile signum sobre el significado y el valor del belén en Navidad

El P. Ricardo Reyes Castillo, experto en Liturgia y autor del libro ¿Qué es la Misa?, donde explica el verdadero significado de la Celebración Eucarística, relata a ACI Prensa la importancia de las cuatro Misas que se celebran en Navidad.

Para conmemorar el nacimiento de Jesús hay cuatro misas y en todas se presenta el Misterio de la Navidad desde ángulos diferentes y utilizando textos bíblicos distintos, desde la víspera de la Solemnidad hasta la que corresponde propiamente a la fiesta.

El sacerdote de origen panameño remarca que todo comienza con un gran movimiento que va desde la “Misa de la Vigilia”, donde se lee la genealogía del Señor, a la “Misa de la noche” en la que se escucha el anuncio de los pastores, posteriormente la de “la aurora” en la cual se contemplan los pastores van a ver a la Virgen María y finalmente en la “Misa del día” se proclama “el inicio del Evangelio de San Juan”.

“Se hace un camino de la genealogía al nacimiento de Jesús hasta llegar a lo más teológico con San Juan Evangelista. Es un movimiento de la noche maravillosa donde nace nuestro Salvador”.

En este sentido, el P. Reyes invita a descubrir “las diferentes lecturas de las cuatro misas, a ver las diferentes oraciones, a través de las cuales se puede comprender  cómo estos cuatro modelos son completamente diferentes y al mismo tiempo están profundamente unidos. Hay un ciclo en el día de Navidad, una cosa lindísima, un movimiento de la Navidad”.

¿Por qué el 25 de diciembre?

Según precisa el sacerdote asentado en Roma, para comprenderlo es importante primero “entender por qué la Navidad se celebra el 25 de diciembre”.

“Tenemos que pensar que en los primeros siglos no había una fecha precisa y ésta variaba dependiendo del lugar. Gracias a un documento romano de la mitad del siglo IV se puede afirmar que ya en el año 336 en Roma se celebra la Navidad el 25 de diciembre”.

El P. Ricardo resalta que esta fecha coincide “justo con la fecha del solsticio de invierno, por lo que se establece una relación simbólica bíblica entre luz y tiniebla y así Cristo aparece como aquel que vence sobre la noche del pecado”.

“Es Cristo la nueva luz, a partir del 22 de diciembre, los días comienzan a ser más largos y hay más luz”, remarca.

A continuación, puntualiza que esta tradición romana comienza en Occidente, aunque en Oriente y en la península ibérica (España) solía celebrarse el 6 de enero. El cambio al día 25 fue introduciéndose paulatinamente.

El origen de la Misa de Vigilia de la Navidad

El P. Ricardo Reyes recuerda que fue “el Papa Sixto III quien en agradecimiento por lo promulgado en Éfeso en el 431, sobre la maternidad de María Madre de Dios, construyó la Basílica de Santa María la Mayor en una colina de Roma llamada el esquilino”.

El Papa Sixto III ordenó hacer en el interior de esta Basílica una capilla que representara la “gruta de la Natividad”. La iglesia tomó entonces el nombre de Santa María adpra sepem, que en latín significa “pesebre”.

Fue en esta capilla donde el Pontífice “decidió transferir el inicio de las celebraciones de Navidad”. Cabe destacar que en este importante templo romano se encuentra a día de hoy la reliquia de la cuna donde nació Jesús.

Destaca asimismo que en la oración de la colecta de la Misa de Vigilia se pide “contemplar sin temor la llegada de Dios como juez”.

“La Navidad ya anuncia no sólo el día siguiente, sino que ya es un anuncio de la Resurrección. Por eso en muchos lugares en Navidad se dice ‘felices pascuas’, porque ya se anuncia la Muerte y Resurrección de Cristo”.

El gran anuncio de la salvación 

Las tres Misas que siguen —la de media noche, la de la aurora, y la del día—, “hacen más hincapié en el misterio de la encarnación de Jesucristo”.

“Y este —continúa el P. Ricardo—, es el gran anuncio de la salvación, que Dios ha amado tanto al hombre que no lo ha dejado solo y ha enviado a su propio hijo”.

“Él asume nuestra carne y la lleva al cielo, en Navidad nosotros ya tenemos un anuncio de todo el Misterio de la salvación, que Cristo ha venido a librarnos de aquella noche, de aquella oscuridad y llevarnos a la luz verdadera”, concluye.
ACI Prensa
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