“Bienvenida Mi Catira Bella”: Padre Leonardo López en la visita de la Inmaculada a San Francisco (+Galería)

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Cortesía de Ángel Viera

Momentos llenos de alegría, sentimiento, espiritualidad y perdón dejó la visita de la Inmaculada Concepción de la Parroquia Santa Bárbara de Maracaibo a la Parroquia Santísimo Cristo de San Francisco, hecho extraordinario que se daba por primera vez en la historia entre estas comunidades, y que permitió seguir reafirmando los lazos de hermandad ya existentes entre sus párrocos.

El Presbítero Leonardo López Quintero, párroco de Santísimo Cristo de San Francisco, presidió la Eucaristía Solemne a las 6:30 pm., haciendo referencia en su homilía a la dilatada e importante historia que tiene el Templo Parroquial de Santa Bárbara y Santuario de la Inmaculada Concepción, considerando que este acto fue un sueño que “la Virgen le concedió” y el cual “se había intentado durante estos 33 años de ministerio sacerdotal en las tres parroquias anteriores donde he estado, pero que no se logró llevar a cabo, siendo Ella la que quiso fuera aquí en San Francisco”.

López también destacó su unión con el Presbítero José Gregorio Andrade, concelebrante en la Misa y párroco de Santa Bárbara, rememorando que ya este último ha tenido trayectoria en dicho Templo al servir varias veces en la Liturgia como seminarista, siendo ahora su dirigente desde hace ya 12 años.

En su prédica, explicó el significado del dogma de la Inmaculada Concepción de María, asegurando que “Ella fue preservada de la mancha del pecado original, al ser predestinada por Dios, como hija de Joaquín y Ana, para albergar así a su Hijo Unigénito, Jesús el Salvador”, el cual “quiso vivir la experiencia de tener una madre, ser amamantado por sus pechos, y tener una familia junto a su padre adoptivo José, esposo de María”, precisó.

Añadió también que es por ello que decimos “Ave María Purísima: sin pecado original concebida”, en femenino, refiriéndonos a ella misma en su concepción.

Antes de finalizar, el celebrante agradeció al Padre José Gregorio con sus grupos de apostolado por su acompañamiento, a la Sociedad Servidores de María que portaron sobre sus hombros la venerada imagen, a la Fundación María Camino a Jesús que proveyó el Misericordia móvil para su traslado, a las policías nacionales, regionales y estatales, a la Gobernación del Estado Zulia por la presencia de la Banda Escuela Rafael Urdaneta, y al Presbítero Nedward Andrade, rector de la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá y párroco de San Juan de Dios, por ceder el trono que custodió la sagrada efigie.

Acto seguido se concluyó con el acto de la coronación floral de la imagen y el besapiés por parte de los presentes, quedando expuesta a la veneración de los fieles quienes se acercaban maravillados a contemplar la figura mariana datada del siglo XIX, conocida popularmente entre su feligresía como “La Catira” por el color de sus ojos celestes y cabellera color rubio.

La imagen retornó al día siguiente de vuelta a su sede el Templo de Santa Bárbara, que aguarda la reapertura del culto cuando se finalicen los trabajos de remozamiento que está llevando a cabo el Centro Rafael Urdaneta.

“Bendita sea por siempre la Santa e Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra”.

Allan Sillie / Ángel Viera

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