Emotiva despedida de Monseñor Roberto Lückert en la Basílica

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Foto cortesía de Carlos Hernández

Sobre los hombros de los Servidores de María y bajo las melodías del himno de la Virgen de Chiquinquirá, interpretadas por la banda Rafael Urdaneta, en una procesión que se dio bajo un sol radiante, con la presencia de la réplica de la Chinita, los restos de Monseñor Roberto Lückert León fueron recibidos en la Basílica y Parroquia de San Juan de Dios.

Conversación con su sobrina Laura Lückert

Durante la caminata, el Diario La Verdad conversó con Laura Lückert, sobrina del arzobispo emérito de Coro. Para ella, el monseñor marabino representaba una figura paterna.

“Incluso en este momento que ya partió, era mi padre. Para mí no era monseñor, era mi tío. Todo lo que soy se lo debo a él (…) El pilar de nuestra familia se fue. Queda un montón de recuerdos y enseñanzas que vamos a seguir transmitiendo a los familiares más pequeños que no tuvieron la oportunidad de estar cerca de él”, comentó con ojos llorosos.

A voz de su sobrina, el religioso era un hombre con principios, que tenía con una gran capacidad de no quedarse callado ante lo que consideraba que estaba mal, reclamaba sobre asuntos así no fuesen su competencia. “Era un hombre muy justo”.

Entre sus recuerdos más preciados con monseñor, están las enseñanzas y huellas que dejó en sus vidas. Además de su jocosidad característica y su personalidad extrovertida.

“Él siempre decía ‘se puede ser pobre, pero no hediondo’. Eran cosas como muy jocosas que las vivíamos como familia, pero siempre el hablar bien, el prepararme, el estudiar, el vestirme bien para la ocasión, el ser prudente. Eso lo aprendía desde su imprudencia porque a veces no me hacía pasar buenos ratos -dijo con una sonrisa-, pero el siempre estar preparada para toda ocasión”, recordó con nostalgia la joven mientras caminaba.

La partida del prelado, representa para su familia “un dolor muy grande”. Sin embargo, se consuelan en que su sufrimiento llegó a su fin.

“Después de tantos días de agonía, a mí me complace mucho que ya esté descansando, que esté en el lugar que sé que se merece. Esta despedida es lo mínimo que se merece”, expresó Laura Lückert.

Llegada a la Basílica

Tras la procesión, en las afueras de la Basílica se encontraba parte del clero de la Iglesia venezolana. Las autoridades municipales y regionales también esperaban la llegada de las exequias de Lückert, entre ellas, estaba Manuel Rosales, gobernador del Zulia; Iraida Villasmil, presidenta del Consejo Legislativo del Estado Zulia (Clez); el alcalde de Maracaibo, Rafael Ramírez Colina; y el alcalde de San Francisco, Gustavo Fernández.

Fue monseñor José Luis Azuaje, arzobispo de Maracaibo, quien en compañía del clero en pleno, recibieron el féretro de Lückert para iniciar una procesión por la nave central del santuario mariano. Al llegar a la entrada del presbiterio, fue encendido el cirio pascual como símbolo del “cuerpo glorioso de Cristo resucitado”. “Que el resplandor de esta luz ilumine nuestras tinieblas y alumbre nuestro camino de esperanza hasta que lleguemos a ti, la vida, tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”, leyó Azuaje ante el ataúd.

Durante la homilía en la Eucaristía de cuerpo presente, el arzobispo de Maracaibo definió a Lückert como “un servidor”. Las bancas de la Basílica se llenaron, y todos los feligreses escuchaban con atención lo que decía monseñor Azuaje, quien dio un breve recorrido por la vida y obra del arzobispo emérito de Coro.

Huellas

Monseñor Roberto Lückert no solo dejó huellas entre su familia, sino también dentro de la Iglesia venezolana, en especial la marabina. El presbítero Eduardo Ortigoza, vicario episcopal para la Educación y la Cultura de la Arquidiócesis de Maracaibo, quien estaba entre los que esperaban el cuerpo de monseñor en el santuario mariano, mencionó que el prelado fue un “maestro”.

“En la Arquidiócesis de Maracaibo, también en la Diócesis de Cabimas y en la Diócesis de Coro, podemos decir que monseñor Lückert fue un maestro y un padre espiritual. Se dedicó a la formación de las futuras generaciones de sacerdotes. Yo lo conocía siendo yo un adolescente, y de alguna manera, su espíritu, su forma de ser y su personalidad nos motivó a muchos a seguir en la vida sacerdotal”, indicó.

En palabras del también rector de la Universidad Católica Cecilio Acosta (Unica), el prelado era un hombre “profundamente regionalista” y, sobre todo, buscador de la práctica de la justicia y de la responsabilidad.

Manifestó sentirse “un poco huérfano” tras la partida de monseñor Roberto Lückert. Sin embargo, también está aliviado porque el sufrimiento del arzobispo emérito de Coro se terminó luego de dos años de verse “golpeado” por las enfermedades.

Por otra parte, el presbítero José Domingo Alvarado, párroco de la iglesia Santa Inés y exvicario de la Basílica, manifestó que monseñor Lückert para él fue un “padre y pastor”.

“Yo nací en El Saladillo, cerca de la Basílica, y lo tuvimos de párroco en dos períodos. Siempre fue ese sacerdote cercano, ese amigo, ese papá que nos corregía, nos aconsejaba, se sentaba a confesarnos. Gran pastor”, declaró.

El sacerdote católico afirma vivir la partida de Lückert “desde la fe”. Asegura tener la certeza de que Dios le premiará por todas las obras y enseñanzas que dejó.

“No solo lo conocí de joven, sino que también de sacerdote. Tuve la oportunidad de celebrar con él las eucaristías, de conversar y hablar con él sobre temas del Zulia, de política. De verdad que era un hombre santo y muy sabio”, definió.

Es así como la Iglesia local se despide del insigne sacerdote que es recordado por su temple, vocación de servicio y cercanía con las familias zulianas. Además, su visita a la Basílica tiene su significado, ya que Lückert fue su párroco desde 1972 a 1977 y luego en el período de 1980 a 1985.

Velación en la Asunción

Al finalizar la ceremonia en la Basílica, el cuerpo fue trasladado hasta la parroquia la Asunción, donde finalmente será sepultado. Los oficios velatorios serán realizados toda la tarde de hoy lunes 17 de junio hasta las nueve de la noche, siendo la Eucaristía parroquial  a las seis de la tarde. Mañana martes 18, a las doce del mediodía presidirá la Santa Eucaristía Mons. Mariano Parra y posteriormente se dará cristiana sepultura en la misma parroquia. El novenario se realizará a partir del día miércoles a las seis de la tarde.

Versión Final / Diario La Verdad

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