“Sus obras las tendremos guardadas en nuestro corazón”, así fue el último adiós a Monseñor Lückert

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Cortesía de José Alejandro Morillo / Carlos Hernández

Entre lágrimas, pero también con profunda esperanza de que ahora descansa en la vida eterna, la feligresía despidió a este hijo de los estados Zulia y Falcón. Durante la Eucaristía, el ataúd fue cubierto con diferentes instrumentos litúrgicos durante la celebración, los mismos que usó para cumplir sus labores de Sacerdote durante su vida. La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe de Carrizal, Falcón, fue traída para despedirlo.

Los restos mortales de monseñor Roberto Lückert de León, recordado con cariño por el pueblo falconiano como “Roberto de Coro”, fue sepultado la tarde de este martes en la parroquia Nuestra Señora de la Asunción ubicada en Los Haticos.

Los sacerdotes de las arquidiócesis de Maracaibo y Coro se unieron para despedir a este pastor, quien en vida fue primer arzobispo de Coro, obispo de Cabimas y que también sirvió en dos ocasiones como rector de la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá.

Entre lágrimas, pero también con profunda esperanza de que ahora descansa en la vida eterna, la feligresía coriana despidió a este hijo adoptivo de Falcón. “Su cuerpo estará enterrado en esta Santa Iglesia Parroquial, pero sus obras, sus anécdotas, las inquietudes que nos dejó, las tendremos grabadas en lo más profundo de nuestro corazón”, relató un Sacerdote de este estado de Venezuela.

Autoridades se encontraban presentes en el sitio, entre ellos resaltaba el Gobernador del Zulia, Manuel Rosales Guerrero, la presidente del Consejo Legislativo del Estado Zulia (Clez) y el alcalde del municipio San Francisco, Gustavo Fernández.

Rosa Carrillo, de la coordinación de Caritas Coro, explicó a Versión Final que “estamos acá, acompañando en este último adiós a monseñor Robert Lückert a quien le tenemos tanto cariño, tanto aprecio, de quien aprendimos tanto, fue un gran padre, un gran maestro y quien nos llamó al servicio de Caritas para entregarnos cada vez más a los hermanos más necesitados”.

La Eucaristía fue presidida por monseñor Mariano José Parra Sandoval, también arzobispo emérito de Coro, quien fue el sucesor inmediato de Lückert en su cargo.

Durante su homilía, monseñor Mariano Parra contó que tenía apenas 11 años cuando conoció a monseñor Roberto Lückert. Mencionó que fue su consejero desde que estuvo en el seminario, siendo sacerdote y luego cuando comenzó a ejercer como obispo.

“Por eso, Roberto Lückert para mí no solamente es mi hermano de episcopado en el sacerdocio, sino mi amigo, mi consejero y mi padre en algunos momentos. Roberto de Coro, como solía él llamarse, fue un verdadero pastor al estilo de Jesús”, recordó con nostalgia.

Resaltó que el prelado marabino solía autodenominarse “Roberto de Coro”, porque “no hubo barrio ni lugar en Coro que monseñor no visitó” por más lejos o recóndito que estuviera.

“(Eso) tiene un sentido muy especial, porque estaba convencido de que tenía que encarnarse en esa tierra falconiana y así lo hizo. En todas partes de Falcón lo conocían por sus palabras, su defensa a la justicia. Ese fue el legado que nos dejó, un hombre de Dios que entendió que ser pastor es entregarse a su pueblo, dedicarse a su pueblo y defender a su pueblo”, explicó al Diario La Verdad.

“Quiero darle gracias a Dios por los tantos sacerdotes que dejó como herencia en nuestra Arquidiócesis de Coro. Quiero darle gracias a Dios por todas sus obras, y aunque su cuerpo será enterrado en esta santa iglesia parroquial, sus obras, sus anécdotas, las inquietudes que nos dejó las tendremos muy presentes y muy grabadas en lo más profundo de nuestro corazón”, verbalizó, con voz entrecortada.

Durante la misa, que contó con la presencia de la réplica de la Chinita y una imagen de la Virgen de Guadalupe traída desde la Basílica Menor Santuario Mariano de la Virgen de Guadalupe (Falcón), el presbítero y párroco del referido recinto católico, Arled Moreno, aseguró que, aunque el religioso ya no esté de forma física, su legado permanecerá en la Arquidiócesis de Coro.

Seminaristas de Coro fueron los que amenizaron la Eucaristía. Uno de ellos está inspirado en el Evangelio de Juan, capítulo 11, entre los versículos 25 a 27: “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre”.

El ataúd fue cubierto con diferentes instrumentos litúrgicos durante la Misa, los mismos que usó para cumplir sus labores de Sacerdote durante su vida. Entre ellas, destaca el báculo pastoral, que fue posado encima de su tumba, de punta a punta, para recordar que ahora reposa quien en vida fue parte del episcopado.

Al finalizar la Eucaristía, fueron ofrecidos distintos cantos, entre ellos el himno “La Guadalupana”, con el que se recordó la profunda devoción que tenía monseñor Lückert a Nuestra Señora de Guadalupe; en específico a la advocación nacida en El Carrizal, estado Falcón.

Los presbíteros cargaron su féretro para dar un pequeño recorrido a la Iglesia, hasta posarse frente a la fosa donde sería enterrado. Ahí monseñor Mariano realizó distintas oraciones y bendijo con agua el lugar donde descansarán los restos del padre Lückert. Luego se introdujo el ataúd, donde inmediatamente una mujer, vestida de negro, aprovechó para tiró algunas rosas color rojo, rosado y rojo sobre la tumba.

Enseguida un grupo de hombres colocó cuatro piedras encima del féretro, para luego ser selladas y poner arriba otras cuatro piedras al ras del piso. El arzobispo fue enterrado diagonal a Nuestra Señora de Guadalupe de Carrizal, que fue traída para despedirlo a él.

“Hoy para nosotros él se ha encontrado junto a esa madre a la cuanta devoción le dedicó en esta vida a través de su predicación, de su homilía, de su pastoreo, tanto en la Diócesis de Cabimas como en la Arquidiócesis de Coro. Hoy el Señor le ha llamado a su encuentro y es un legado que nos queda, es un legado de ese amor, de predicación, de ese hombre que defendió a cada uno de sus hijos, defendió a una región y defendió al pais”, relató a Versión Final Alexander Fernández, Servidor de María y apegado desde su infancia a la familia Lückert León.

Adrián Robles, presidente de la Fundación Generalísimo Francisco de Miranda para rescatar Centro Histórico de Coro y La Vela, indicó que Monseñor dejó una huella imborrable para los falconianos. “Nos sentimos complacidos de haber estado acá en el estado Zulia, diciéndole un hasta luego a monseñor Roberto Lückert León y diciéndole a la familia más bien fortaleza, que él desde el cielo les dará la fortaleza que cada uno requiere”.

“Hijo de esta casa”

El padre Juan Pablo Hernández, administrador parroquial de Nuestra Señora de La Asunción, explicó al Diario La Verdad que monseñor Lückert fue enterrado en ese templo porque es un “hijo” de la parroquia.

“Él creció y se bautizó aquí. Sus padres fueron parte de la construcción de este templo. Nació aquí, tuvo su misión de monaguillo y descubrió su misión sacerdotal”.

El presbítero indicó que, tanto para él como para la familia del prelado y la feligresía, es una alegría y un consuelo saber que el religioso descansa “en este santo lugar”. Contó que pronto se colocará una lápida en su honor y, durante estos días, realizarán el novenario.

Versión Final / Diario La Verdad

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