Francisco ha recibido en audiencia a la cúpula del católico Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote, mientras los seminaristas de los Misioneros de la Divina Misericordia llevan esperando por ordenarse desde hace más de un año.
Ha sido una semana intensa para algunos grupos tradicionalistas por medio mundo. Mientras las clarisas de Belorado dan tumbos con su cisma a pequeña escala, algunos blogs destinados a promocionar los ritos tridentinos anuncian que está cerca la prohibición total de los misales previos a la reforma litúrgica del Vaticano II a partir de una prohibición de emplear la forma extraordinaria en la catedral australiana de Melbourne. Sin embargo y sin acritud el papa Francisco recibió el pasado 24 de junio a la cúpula del Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote.
Aniversario de ordenación
El Papa recibió a esta institución el mismo día que al prelado y al vicario del Opus Dei. Por parte de este grupo tradicional, pero que ha mantenido fiel su obediencia al Papa frente grupos como los seguidores de Marcel Lafebvre, acudieron al encuentro con el pontífice el prior general, Gilles Wach, su vicario Rudolf Michael Schmitz y el canónigo Louis Valadier, provincial del instituto en Francia, según han detallado en un comunicado. La visita al Vaticano se produjo “con ocasión del 45 aniversario de su ordenación sacerdotal por san Juan Pablo II” del prior del instituto.
Para los participantes, “la audiencia fue una oportunidad para agradecer al Santo Padre su hermosa Carta Apostólica ‘Totum amoris est’ dedicada a san Francisco de Sales, nuestro santo patrón”. Tras presentar la acción pastoral, precisan, “en dos ocasiones, el Papa insistió en que continuemos sirviendo a la Iglesia según nuestro propio carisma, en el espíritu de unidad y comunión que favorecen la armonía y el equilibrio del espíritu salesiano”. Francisco, apuntan también, “expresó su gratitud por las oraciones y el trabajo apostólico y misionero de las Hermanas Adoratrices, así como por la generosa dedicación de los Oblatos”, las ramas femeninas y laical del instituto a quienes invitó a una próxima audiencia.
Este aparente buen ambiente contrasta con otros movimientos, como el de los Misioneros de la Divina Misericordia cuyas próximas ordenaciones sacerdotales han sido paralizadas según ha denunciado su superior general, Jean-Raphaël Dubrule. Siempre según el religioso se trataría de un seminarista que concluyó sus estudios hace dos años y otros cuatro que acabaron hace un año. Este “bloqueo” se justificaba hasta hace unos meses por el freno a todas las ordenaciones en la diócesis de Fréjus-Toulon, si bien el Vaticano ya ha dado el visto bueno para que estas se retomen. La clave, para el superior, es que los misioneros están empeñados en emplear el “antiguo rito” y también para cerrar “la posibilidad de que los futuros sacerdotes puedan celebrar en el antiguo rito”.
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