Tras convocar a una jornada de oración pública para pedir por Cuba y Venezuela, el P. Kenny Fernández Delgado, párroco de la iglesia de San Antonio de Padua de Arroyo Naranjo, en la Arquidiócesis de La Habana (Cuba), denunció que fue citado por las autoridades.
La invitación, compartida en redes sociales el 1 de agosto, instaba a los fieles a reunirse el sábado 3 de agosto a las 10:00 a.m. (hora local) en un parque para hacer una oración “sin carteles”, “sin consignas”, “sin otro líder que Jesucristo” y “sobre todo, sin miedo”. Animó a quienes sintieran temor a participar de manera silenciosa.
Al día siguiente de la publicación en redes sociales, el 2 de agosto, el P. Fernández Delgado reveló en su cuenta de la red social X (antes Twitter) que había sido contactado por una funcionaria para una cita que coincidía con la hora de la convocatoria de oración. Posteriormente, recibió una llamada de un oficial militar, “para decirme que de no ir habrá consecuencias. Pase lo que pase conmigo, estaremos todos unidos, orando”.
Una semana después, el 10 de agosto, el P. Fernández Delgado compartió en sus redes sociales que el motivo que le dieron para la citación se basó en su actividad como arrendador de un pequeño apartamento, lo que, según las autoridades, les otorga potestad para citarlo en cualquier momento.
El P. Fernández Delgado también mencionó que las autoridades aprovecharon para pedirle explicaciones sobre sus publicaciones en redes sociales, argumentando que “convocar a orar en parques es una actividad predelictiva e instigación a delinquir”.
De acuerdo con el testimonio del sacerdote, las autoridades le explicaron que es “delito convocar oración en parques o espacios públicos”, ya que podría propiciar que se cometan “crímenes contra la revolución, en cuyo caso al convocante le será adjudicada responsabilidad”.
“Es decir, los que convocamos a hacer algo bueno somos responsables de lo que hagan los criminales”, criticó el P. Fernández Delgado.
Asimismo, indicó que, según las autoridades, “el convocante de oración en lugares públicos debe pedir permiso a las autoridades correspondientes según la nueva ley de Comunicación y Manifestación, de no hacerlo es una convocatoria ilegal y el convocante incurrirá en las sanciones correspondientes”.
Finalmente, el P. Fernández Delgado señaló que los agentes le informaron que “sólo se permiten convocatorias que sean dentro de las Iglesias, lugares de Culto”. A pesar de esto, el sacerdote expresó: “sabemos que todo lo que ellos se imaginen que puede estar contra la revolución puede ser e incluso ha sido reprimido también”.
El presbítero señaló en su publicación de Facebook del 10 de agosto que le informó a las autoridades que su intención “sólo era orar por una solución de conflictos donde reine la paz y la justicia en Venezuela y en Cuba y creo que eso debería ser interés de todas las partes”.
A pesar de las presiones, el sacerdote aseguró que continuará “defendiendo mi libertad de expresión y la de todos los cubanos”. “Si mi maestro fue a la Cruz por defender sus ideas, yo también iré”.
“No me importa perder un apartamento, ni mi vida, ni la de mis seres queridos, con tal de ganar a Cristo y sepan que Él, a quien uds. no conocen, tiene poder de sobra para resucitarme a mí y a mis seres queridos”, agregó.
El P. Fernández Delgado también reveló que la citación se hizo a la misma hora de la convocatoria de oración “para evitar mi participación”, pero aseguró que la jornada de oración no se detuvo, “porque la convocatoria no dependía de mí en absoluto. Allí estuve orando”.
¿Sirve rezar para mejorar el gobierno de un país?
En un post de Facebook, el P. Fernández Delgado indicó que “cuando uno hace una oración, siempre es para que se haga la voluntad de Dios y no la voluntad del que está haciendo la oración”.
En este sentido, explicó que “si Dios permite que los dictadores sigan gobernando, Él sabe muy bien los motivos para permitirlo, aunque nosotros, a veces, no lo podamos entender”. Aun así, destacó que “el estilo de gobierno del Rey del Universo no es en absoluto dictatorial, sino que da mucha libertad”.
Por ello, señaló que un pueblo que ame a Dios “no podrá ser jamás un pueblo esclavo de dictadura, pues esos ciudadanos nunca permitirían algo en contra de Dios” y “las dictaduras sólo pueden sobrevivir a costa del engaño y la represión del deseo de la mayoría, y de otras muchas cosas contrarias a los mandamientos del Rey del Universo”.
ACI Prensa
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