Resultados de examen médico refuerzan caso del cuerpo “incorrupto” de la Hermana Wilhelmina

27
El cuerpo de la Hermana Wilhelmina Lancaster OSB, yace en el sótano de la iglesia de la Abadía de Nuestra Señora de Éfeso, en las afueras de Gower, Missouri (Estados Unidos), el 28 de mayo de 2023. | Crédito: Joe Bukuras/CNA.

Los resultados de un examen médico del cuerpo de la Hermana Wilhelmina Lancaster OSB han confirmado que no había signos de descomposición cuando su cuerpo fue exhumado el año pasado, según una declaración del Obispo de Kansas City-Saint Joseph, Mons. James Johnston.

El estudio, realizado por expertos médicos y encargado por el obispo, ayuda a construir e caso de que el cuerpo de la monja benedictina fallecida podría estar incorrupto, aunque el comunicado dice que no hay planes para iniciar una causa de canonización para la Hermana Wilhelmina.

La Hermana Wilhelmina, quien fundó la orden tradicionalista de las Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles en Gower, Missouri (Estados Unidos), murió el 29 de mayo de 2019. Sin embargo, cuando su cuerpo fue exhumado el 28 de abril de 2023, para ser trasladado para su entierro en la iglesia de la abadía, las hermanas no encontraron un esqueleto. En su lugar, hallaron un cuerpo bien conservado que mantenía los rasgos reconocibles de su antigua priora.

Miles de peregrinos acudieron a la ciudad rural para ver el posible milagro.

El informe final del examen, que la diócesis anunció el 22 de agosto de 2024, no encontró ninguna característica detectada de descomposición que normalmente se observa en las condiciones de su entierro.

El cuerpo de la Hermana Wilhelmina no fue embalsamado y no recibió ningún otro tratamiento antes de su entierro. Fue enterrada en un ataúd de madera sin sellar. Aunque el ataúd se había deteriorado, su cuerpo no estaba descompuesto y su hábito y ropa no mostraban signos de descomposición. Además, se concluyó que no se esperaba que las condiciones de su muerte y entierro protegieran contra la descomposición.

“La condición de su cuerpo es altamente atípica para el intervalo de casi cuatro años desde su muerte, especialmente dadas las condiciones ambientales y los hallazgos en objetos asociados”, explicó el informe.

Se realizaron pruebas adicionales en el suelo para determinar si algo anormal podría haber evitado la descomposición del cuerpo. Sin embargo, no había elementos inusuales en el suelo.

“Dentro de los límites de lo que se ha observado durante este tiempo, el cuerpo de la Hermana Wilhelmina Lancaster no parece haber experimentado la descomposición que normalmente se habría esperado en tales condiciones de entierro anteriores”, dijo Mons. Johnston en un comunicado con el que anunció los hallazgos.

Los médicos forenses también entrevistaron a testigos presenciales del entierro y la exhumación, al tiempo que analizaron el ataúd y el cuerpo de la hermana.

Según el obispo, el equipo médico sólo pudo realizar “un examen limitado”. La diócesis no anunció si habría más evaluaciones del organismo o si se tomarían otras medidas.

Mons. Johnston agregó que no existe un protocolo oficial de la Iglesia Católica para determinar si un cuerpo es incorrupto, y señaló que “la incorruptibilidad no se considera una indicación de santidad”. En este momento, dijo, no hay planes en la diócesis para iniciar una causa de canonización.

“Es comprensible que el estado de los restos de la Hermana Wilhelmina Lancaster haya generado un interés generalizado y haya planteado preguntas importantes”, continuó el obispo. “Rezo para que la historia de la Hermana Wilhelmina continúe abriendo corazones al amor por Nuestro Señor y Nuestra Señora”.

La Hermana Wilhelmina ingresó en las Hermanas Oblatas de la Providencia poco después de graduarse con las mejores calificaciones de su escuela secundaria. A raíz de las reformas del Concilio Vaticano II, la hermana se esforzó por preservar las tradiciones de la Iglesia Católica, en particular el uso de un hábito.

Cuando la Hermana Wilhelmina no pudo convencer a la orden de volver al hábito, fundó una nueva orden con la ayuda de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro, una sociedad sacerdotal dedicada a la Misa tradicional en latín. Fundó las Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles cuando tenía 70 años, inicialmente en Pensilvania, antes de trasladarse a Missouri.

La orden asumió un carisma contemplativo y mariano, con énfasis en la oración por los sacerdotes. Las hermanas son devotas de la Misa tradicional en latín y utilizan el Oficio Monástico de 1962, con su canto gregoriano tradicional, en latín. Las monjas también graban cantos y han llegado a la cima de la lista clásica tradicional de Billboard varias veces.

ACI Prensa

Síguenos en X e Instagram como @lagreydigital y Telegram: La Grey Digital