El restablecimiento de la democracia en Venezuela y la lucha contra los cultivos de droga fueron dos de las principales preocupaciones de Washington que trataron durante su agenda el funcionario de Estados Unidos y el presidente de Colombia.
Mike Pompeo elogió este miércoles al Gobierno de Iván Duque por su compromiso para “restablecer la democracia” en Venezuela, al tiempo que destacó que la “larga tradición democrática de Colombia” la convierte en “líder natural en los esfuerzos regionales para apoyar la democracia y el Estado de derecho en Venezuela”.
Tras la reunión que sostuvieron en la Casa de Huéspedes, en Cartagena de Indias, el alto funcionario estadounidense dijo que: “Todos los países que defendemos la democracia debemos unirnos para rechazar la dictadura de Venezuela”.
Mientras que por su parte, el gobierno de Iván Duque continúa con la agenda iniciada al llamar a los “países defensores de la democracia” a desconocer un nuevo Gobierno de Nicolás Maduro, quien tiene previsto la toma de posesión para el 10 de enero.
En este marco, se espera que el viernes se reúnan los delegados de los catorce países que integran el Grupo de Lima, quienes analizan las acciones conjuntas para responder a tal toma de posesión, toda vez que la mayoría de quienes integran la coalición, acordaron desconocer el nuevo período de mandato.
La posición de Colombia es clave. Y la visita de Pompeo lo confirma, al reconocerlo como el principal aliado en el bloque continental opositor. No obstante, a Estados Unidos también le interesan otros temas particularmente complejos.
Unidos… contra la cocaína
Y es que Washington sigue “profundamente preocupado” por el aumento en los cultivos de coca y en la producción de cocaína en Colombia. En el país del café se cultivaron unas 171 mil hectáreas en 2017, el número más elevado desde que la ONU vigila su extensión.
Además, Colombia es el principal productor mundial de esa droga, mientras que Estados Unidos su mayor consumidor. Sin embargo, la cita sirvió para confirmar los acuerdos de trabajo hacia el objetivo común de reducir los cultivos ilícitos y la producción de cocaína en 50 % para finales de 2023.
Queda aún por verse si se seguirán cobrando vidas de los defensores de los derechos humanos colombianos como nuevos “daños colaterales” en este complejo proceso.
Carlos Zapata | Reporte Católico Laico
