Gaby Jacoba: «Vamos a ver un gran surgimiento del cine católico como medio de evangelización»

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Gaby Jacoba, directora del Festival Internacional de Cine Católico

Tras el éxito en España, «El misterio del Padre Pío» está arrasando en México. A la derecha de la foto, su director, José María Zavala, y la productora ejecutiva, Paloma Fernández. A la izquierda de la foto, Gaby Jacoba, directora del Festival Internacional de Cine Católico.

El Festival Internacional de Cine Católico nació en 2012 para promocionar películas íntegramente católicas entre el público hispano en toda América, y siete años después está viviendo momentos muy especiales con una film en concreto, El misterio del Padre Pío, dirigida por José María Zavala. En México ha llegado ya a 90.000 espectadores en tres semanas, y se espera que pronto alcance los 100.000, y este fin de semana se ha estrenado en Panamá, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Colombia. Enseguida llegará a Argentina, Paraguay, Uruguay y Brasil, y luego al resto de América, también a Estados Unidos.

“Es la película más vista en la historia del festival”, nos participa la directora del Festival, la mexicana Gaby Jacoba, feliz porque reciben miles de correos y llamadas solicitándola.

Gaby Jacoba es la directora del Festival Internacional del Cine Católico, una iniciativa internacional que se expande rápidamente por América y apunta ya a Europa.

-¿A qué atribuye el éxito?

El misterio del Padre Pío es una obra magistral de José María Zavala. Logra profundizar en su vida y tiene un carisma muy especial. Sientes muy fuerte la vida, la presencia, la vida de santidad del Padre Pío. Te permite conocer la vida de este gran santo y a la vez entender la vida de la santidad, porque muchas veces creemos que la vida de un santo no atraviesa tantas dificultades. Y en ella vemos cómo un santo responde siempre a ellas con amor, fiel a Cristo y fiel a la Iglesia. El “fenómeno” de esta película, como lo han calificado varios medios, indica que estamos muy necesitados de Dios, de esperanza y de paz.

-¿Hay mucha devoción al Padre Pío en América?

– He tenido ocasión de llevar películas de otros santos, pero la verdad es que el Padre Pío ha tocado muchas vidas, ha transformado muchos corazones, ha hecho muchos milagros y su santidad es muy impactante. Es un santo muy querido en todos los países de América. Hay muchos grupos de oración, mucha gente agradecida por él por sus milagros. He escuchado muchos testimonios. La gente sale renovada del cine, sale con algo en el corazón que se lleva a su vida, a su casa. La “revolución” del Padre Pío nos ha alegrado, emocionado e inspirado. Necesitamos que muchos corazones conozcan  su santidad y toquen cada vez más cerca  el amor de Dios en sus vidas a través de este gran santo.

-¿A qué se debe este auge del cine católico?

-Hay mucha gente que quiere saber de Dios, quiere renovar su fe, rescatar a su familia, encontrar una solución a su vida, tener un camino de esperanza. En los últimos años la evangelización ha ido a las redes sociales y los medios de comunicación. Yo creo que el cine viene a complementar una nueva era en la evangelización, una nueva etapa en la forma de llegar a las almas, a los corazones, de llevar el mensaje del Evangelio, la vida de santidad, la presencia de la Virgen en el mundo. El cine es espectacular para evangelizar, porque es una mezcla de la Verdad de Cristo con el arte. Si se logra ese equilibrio entre el mensaje, una doctrina correcta (la de la santa Iglesia) y una buena calidad cinematográfica, es una “bomba” con la que podemos impactar miles de vidas.

-¿Qué papel cumple en ello el Festival Internacional de Cine Católico?

-Nos ha permitido tener una red internacional para poder llevar este cine a la gente que lo quiere ver y tener el apoyo de tanta gente de la Iglesia. Dios ha hecho una gran familia. Estos próximos años vamos a ver un gran surgimiento del cine católico como medio de evangelización.

-¿Y la cadena comercial? ¿Es consciente del potencial de este tipo de cine?

-Durante muchos años las cadenas de cine no confiaban mucho en el contenido de cine católico porque su experiencia era de salas vacías y pérdidas. Una de las misiones que tenemos en el festival es que cambien esa idea viendo cómo, por ejemplo, una película como El misterio del Padre Pío ha competido con una superproducción de Hollywood sosteniendo esa fuerza de mercado. Que vean que hay gente que quiere ver estas películas de un santo, de la Virgen, de gente que nos inspire y nos llene de valores el corazón, que nos hagan sentir bien, a las que podamos llevar a nuestros hijos y que regresen con un tesoro en el corazón.

-¿Por qué las grandes productoras no se lanzan al cine religioso?

-Es un ciclo. Las grandes productoras no invierten la gran cantidad de dinero, tiempo, trabajo y esfuerzo que se requiere para una buena producción y que las salas estén vacías. Hay que conseguir que tengan la confianza de que su película va a estar proyectada en salas de cine, las salas van a estar llenas y como mínimo van a poder recaudar lo que invirtieron. Debemos activar ese ciclo y que los productores tengan apoyo para hacer cada vez películas con más presupuesto. En el Festival trabajamos en todos los países apoyando el cine católico para tener activo ese ciclo.

-¿Cómo nace la idea del Festival?

– Al ver cómo una película podía llegar a tantos países, tocar tantas almas, generar tanto bien, fue un proceso: Dios nos fue dando esa inspiración de crear un proyecto de evangelización que llegara a cada país donde Dios nos llevara, y donde pudiéramos crear una plataforma para apoyar a los productores.

-¿A qué supeditan ese apoyo?

-Cuidamos dos aspectos primordiales para aceptar películas. Una y la más importante es la doctrina de la Iglesia católica. Respetamos todas las diferentes iniciativas de cine con valores de todo tipo, pero nuestro carisma, nuestro llamado, es al 100×100 católico. Cine para los católicos, producido por católicos y que esté en una concordancia cien por cien con la doctrina católica. Es lo primero que revisamos. El segundo pilar, obviamente, es la calidad artística de la producción.

-No es un Festival al uso, concentrado en el tiempo y en el espacio…

-No, no es como un festival de una semana, según se acostumbra. En cada país que entra al festival tenemos temporadas anuales. Lo que buscamos es que cada mes y medio o dos meses estas películas estén dando una función. Buscamos convertirnos en una herramienta en los países a los que llegamos para que las diócesis puedan mandar a sus catequistas y a sus grupos juveniles, para que los movimientos puedan aprovecharlas para verlas con sus miembros, para que las familias católicas puedan tener un momento de recreación juntas y también los jóvenes, y que sea algo solo para un momento bonito, sino algo que les va a impactar la vida y al corazón. Que esto se repita cada dos meses implica que, a la larga, estamos teniendo un efecto en el alma del país. Trabajamos con parroquias, con sacerdotes, con arquidiócesis, con los medios de comunicación católicos para ir evangelizando y tocando corazones.

-¿Dónde están actualmente?

-En México, Estados Unidos y Centroamérica. Estamos por abrir en Argentina, Colombia, Paraguay y Uruguay. Luego en todos los países de América y en un futuro también queremos llegar a Europa.

-¿Cuáles son actualmente las principales películas exhibidas?

–Red de Libertad de Pablo Moreno, Historias del Rosario (una película muy impactante),Ignacio de Loyola, y más adelante también una sobre el Sagrado Corazón que está en producción…

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