Obispos de México por “Protocolo de Protección a Migrantes”, que afecta derechos humanos de solicitantes de asilo

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Tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, el programa fue revocado, pero ahora el máximo tribunal de justicia ha pedido su reactivación

La Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana advierte de una crisis humanitaria en el sur del país, y llama a los tres niveles de gobierno a actuar inmediatamente para resolverla

Los obispos envían carta a Andrés Manuel López Obrador para que México no se convierta de nuevo en sala de espera de quienes piden asilo en la Unión Americana

Los obispos de México expresaron su preocupación por el “Protocolo de Protección a Migrantes”, mejor conocido como “Quédate en México”, el cual fue reactivado hace dos semanas por la Suprema Corte de los Estados Unidos.

Este protocolo inició en enero de 2019 -siendo presidente de Estados Unidos, Donald Trump- y obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México mientras reciben una respuesta de los Estados Unidos. Tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, el programa fue revocado, pero ahora el máximo tribunal de justicia ha pedido su reactivación.

Obispos envían carta al presidente de México

A través de un mensaje firmado por el responsable de la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano, el obispo de Ciudad Juárez, Guadalupe Torres Campos, el episcopado envió una carta al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, manifestando su preocupación ante esta situación, debido a que el protocolo afecta profundamente los derechos humanos de las personas solicitantes de asilo.

“Las personas que solicitan asilo en Estados Unidos se veían obligadas a esperar la resolución correspondiente en la frontera entre México-Estados Unidos, lo que coloca a las personas en situaciones de vulnerabilidad y peligros que ponen en riesgo sus vidas, integridad física, emocional y espiritual”, señalaron.

Asimismo, llamaron al Gobierno de México a mantener una postura respetuosa pero “firme, clara y de absoluto rechazo ante la intención de reactivar el programa”.

Profunda crisis migratoria en la frontera sur

El episcopado nacional también advirtió de la profunda crisis migratoria que se vive en la frontera sur de México, donde cientos de personas, provenientes del Triángulo Norte de Centroamérica y ahora con un número considerable de haitianos, están a la espera de que las autoridades migratorias resuelvan su situación jurídica.

Explican que el hacinamiento, la falta de medidas de higiene, comida e insumos básicos, aunado a la lentitud en las resoluciones del Instituto Nacional de Migración y de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, colocan a estas personas en situación de vulnerabilidad, afectando el ejercicio de sus derechos fundamentales.

Actualmente los albergues, casas del migrante y comedores para personas migrantes están saturados y al límite de su capacidad, mientras que los esfuerzos de las iglesias locales, parroquias, diócesis, están siendo rebasados “ante la falta de una clara política migratoria, planeación estratégica y escasos o nulos recursos del Gobierno Federal”, indicaron.

Respeto al libre tránsito

De igual forma, los obispos lamentaron y rechazaron de manera firme las conductas represivas, violentas y de contención de la migración en la frontera sur, particularmente en Tapachula, Chiapas, donde ya empieza a resentirse la crisis migratoria.

“Nos preocupa que la única opción de regularización de su estancia Migratoria en México sea la solicitud de refugio (…) Nos preocupa que se les esté impidiendo, a quienes ya tienen una resolución favorable de su legal estancia en México, el libre tránsito por el territorio Nacional, pues esta situación, además de afectar a los migrantes, afecta a la población local”, añadieron.

Los obispos exhortaron a las autoridades competentes a realizar acciones concretas para atender a las personas en contexto de movilidad, y de esta manera, se eviten y prevengan violaciones a los derechos humanos.

También exigieron a las autoridades de todos los niveles el respeto al artículo 11 de la Carta Magna que consagra el libre tránsito, para que a quienes ya tienen una legal estancia en México se les permita transitar por el país en busca de opciones de residencia y empleo que les permita vivir con dignidad y acceder a los servicios básicos.

Una Iglesia solidaria

El episcopado nacional agradeció a la diócesis de Tapachula por sus muestras de solidaridad y apoyo humanitario con la población migrante, tanto en esa ciudad como a lo largo de la ruta migratoria que atraviesa toda la diócesis.

“Su ejemplo motive a toda la Iglesia mexicana para que en todos los rincones de México haya comunidades que acojan, protejan, promuevan e integren a los migrantes para construir con ellos un nosotros cada vez más grande”.

Por otra parte, el Instituto Nacional de Migración (INM) anunció la existencia de un “proceso de comunicación y acuerdo con la ACNUR y la Dimensión Episcopal de la Pastoral de Movilidad Humana” en torno a la instalación de un campamento humanitario en favor de personas migrantes haitianas en Chiapas.

Al respecto, esa dimensión episcopal aclaró que la propuesta de un campamento humanitario la dio a conocer el INM a esta dimensión episcopal, pero no existe ningún acuerdo o aceptación sobre ese tema.

Vida Nueva

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