En una Misa celebrada el pasado 31 de diciembre, el Obispo de Leiria-Fátima (Portugal), Mons. António Marto, destacó que la celebración del Centenario de las Apariciones de la Virgen María “significó salir de una visión parcial de Fátima centrada en la curiosidad de los secretos”.
En su homilía, recogida en el sitio web del Santuario de Fátima, el Prelado recordó que cuando la Madre de Dios se apareció a los tres pastorcitos en el año 1917, ella les reveló tres secretos.
El primero fue una visión del infierno, en el segundo habló sobre la Segunda Guerra mundial, el surgimiento del comunismo y la percusión a la Iglesia y al Santo Padre. El tercer secreto fue otra visión de los mártires de la Iglesia y el sufrimiento del Pontífice.
Al respecto, Mons. Marto afirmó que “la Virgen les confió a los pastorcitos de Fátima la misión siempre antigua y nueva de llamar al mundo atribulado a las propias fuentes del Evangelio en tiempos de guerras e incredulidad”.
En ese sentido, afirmó que el Centenario de la Apariciones propició “mirar Fátima como una Epifanía de Amor”.
El Obispo de Leiria-Fátima explicó que eso significa “partir de nuevo de la presencia del Dios cercano y amoroso con los dones de la misericordia y de la paz; convertir o reeducar nuestro corazón al amor verdadero a través de la adoración, la compasión y la oración del Rosario para conformarnos al corazón de Cristo y de su madre”.
También implica “optar finalmente por el bien y la paz en la historia a través de la colaboración en la reparación del pecado del mundo”.
Mons. Marto agregó que esta celebración revela que “Fátima no solo pertenece a Portugal o a la Iglesia, es del mundo entero, que ha afluido aquí de todos los pueblos, culturas y lenguas, por encima de todas las expectativas”.
Por otro lado, destacó que la canonización de los santos Francisco y Jacinta Marto “es otro motivo para nuestro júbilo y la actual meditación”, especialmente porque llevaron una vida “invisible”.
Manifestó que “ellos no fueron héroes famosos ni conocieron la popularidad en las redes sociales de comunicación. Eran simples niños como muchos otros que vivieron una experiencia particular de fe guiados por Nuestra Señora”.
“Su santidad es un puro acontecimiento de gracia divina que actúa donde quiere y como quiere”, expresó.
El Prelado agregó que estos dos pastorcitos, canonizados por el Papa Francisco en el Santuario de Fátima en mayo de 2017, “son un ejemplo y modelo de santidad para toda la Iglesia y con un perfil espiritual propio de cada uno”.
“Son un desafío para el santuario de llevar más a pecho su vocación de ser una escuela de santidad de pueblo, santidad popular”.
También Mons. António Marto señaló que el próximo 17 de enero se conmemorarán los 100 años de la restauración de la Diócesis de Leiria-Fátima, ya que fue suprimida por motivos políticos en 1882.
“Queremos que sea un tiempo de gracia y de renovación espiritual y pastoral de esta diócesis particularmente bendecida por el carisma de Fátima, de las apariciones y del mensaje de la Señor y del Santuario popularmente reconocido como ‘altar del mundo’”, manifestó.
Traducido y adaptado por María Ximena Rondón. Publicado originalmente en ACI Digital.