El encargado de negocios de Estados Unidos en Caracas, Todd Robinson, señala que las medidas que ha tomado la Casa Blanca contra el Gobierno venezolano no son la causa de la crisis económica, y atribuye la culpa al régimen chavista y su “incapacidad para administrar y manejar la economía y la política” del país, publica runrun.es.
Todd Robinson pasó de Guatemala a Guatepeor. Como embajador de Estados Unidos en la nación centroamericana entre octubre de 2014 y septiembre de 2017, el diplomático norteamericano recuerda que las autoridades le invitaron a “trabajar directamente con ellos”. Pero aquí en Caracas, adonde llegó en diciembre como encargado de negocios de la legación de EE. UU., ya ha sido atacado personalmente hasta por el mismísimo canciller Jorge Arreaza. “Las situaciones son diferentes”, admite.
Robinson no le teme a la candela. Tan es así, que su primera excursión por la capital incluyó una fotografía en la plaza Bolívar, a escasos metros de la célebre “esquina caliente”, donde a diario militantes del chavismo despotrican del “imperio”. Lejos de rehuir de los temas más candentes de la relación bilateral y la política local, el nuevo enviado de Washington se mete de lleno en la polémica y ha prometido que contribuirá con el “retorno de la democracia” en Venezuela.
El proceso de negociación se presentó prácticamente como el único mecanismo para encontrar una salida pacífica y democrática a la crisis política del país. Ante la incapacidad de las partes de llegar a un acuerdo, ¿teme que Venezuela caiga en la violencia?
– Hemos visto manifestaciones, saqueos de los supermercados, violencia por parte de los agentes de seguridad en contra de venezolanos y venezolanas comunes. Entonces, hemos visto algo de la violencia y protestas. La verdad es que las negociaciones, el diálogo, son difíciles y toman tiempo. Creo que para lograr éxito hay que tomar este tiempo, hay que asegurar que las dos partes están negociando con buena fe. Después de lo que hemos visto en República Dominicana, no estoy seguro de que el régimen esté negociando con buena fe.
¿Cree que el gobierno chavista ha cerrado de manera definitiva la vía electoral para lograr el cambio político en el país?
– Creo que es complicado. Parece que ellos quieren controlar todo el sistema para asegurar su victoria en cualquier competencia electoral. Entonces, ha sido difícil negociar con un régimen que aparentemente sabe de sus debilidades. No voy a decir que la vía electoral está cerrada, pero las condiciones hoy en día no existen para una competencia abierta, transparente y justa entre las dos partes. Tengo la esperanza de que el gobierno va a entender esto y seguirá en las negociaciones para lograr algo mínimo para hacer una competencia exitosa.
De sus palabras se deduce que aún cree en la posibilidad de rescatar la negociación.
– Yo soy un diplomático, mi trabajo, mi mundo, es el de la negociación y el diálogo hasta el último momento. Yo, por parte de mi gobierno, no voy a cerrar esa posibilidad, pero tengo que decir que en este momento de acuerdo con lo que ha dicho la oposición, no estoy seguro de que el gobierno esté negociando con buena fe.
El Secretario de Estado declaró que “en la historia de Venezuela y otros países sudamericanos, muchas veces el Ejército es el agente del cambio cuando las cosas están tan mal”. ¿Estados Unidos cree que la Fuerza Armada venezolana debe pronunciarse en este momento de crisis?
– Yo diría que no podemos darnos el lujo de descalificar a ningún sector en la negociación para una Venezuela mejor. Es evidente que el sector militar tiene mucha influencia en el futuro del país y si ellos pueden ayudar, no vamos a decir que no. Creo que en este contexto, el secretario de Estado está diciendo que si ellos pueden jugar un papel positivo para abrir la política, para generar un ambiente más confiable para mejorar las situaciones, bienvenidos.
Ese tipo de declaraciones son tomadas por voceros del gobierno de Nicolás Maduro para denunciar la supuesta intención de Estados Unidos de promover un golpe de Estado en Venezuela.
– Yo soy diplomático y jamás voy a apoyar una situación de golpe de Estado. Estamos apoyando las instituciones democráticas, inclusive a la Asamblea Nacional, pero más que todo a la Constitución de Venezuela. Es importante que todos entiendan que la Constitución debe marcar el contexto del futuro del país. Por eso nosotros llamamos a la Asamblea Nacional Constituyente ilegítima, porque es ilegítima en cuanto a los artículos y las reglas de la Constitución.
El Secretario de Estado planteó la posibilidad de aplicar un embargo al petróleo venezolano. ¿El Gobierno de Estados Unidos podría ejecutar esa medida en el corto plazo?
– Podría. Yo entiendo que todo está encima de la mesa en cuanto a estrategias para Venezuela. Sin duda, las sanciones han sido efectivas hasta ahora para identificar a los miembros del régimen que son corruptos o los que han jugado un papel en contra de la institucionalidad y la Constitución de Venezuela. Seguramente vamos a ver más acciones como estas. No voy a detallar exactamente cuáles, pero por lo que he visto y oído de Washington, las sanciones van a continuar.
Sin embargo, el Gobierno venezolano sigue desmontando el Estado de Derecho en abierto desafío a la comunidad internacional. De hecho, ha dicho que “a más sanciones, más elecciones”, y ha convocado unos comicios sin garantías de transparencia y equilibrio. ¿Eso demuestra que las sanciones son insuficientes en este caso? ¿Qué otras medidas podría aplicar Washington contra el régimen chavista?
– Las sanciones han jugado un papel bastante importante. Sabemos que cuando llegó la delegación (del gobierno) a Santo Domingo su primera queja fueron las sanciones, entonces, sabemos perfectamente que están funcionando muy bien. La democracia es mucho más que las elecciones, es la institucionalidad, y es el rol del ciudadano que debe tomar responsabilidad por su propia vida, con sus comunidades. Veo equivocada la posición de los que dicen que las elecciones son la respuesta a las sanciones. La respuesta más correcta es la democracia total, la institucionalidad, el Estado de Derecho, la Constitución, la participación del pueblo venezolano tomando su responsabilidad. Esto es democracia.
¿La salida del subsecretario Thomas Shannon puede afectar de alguna manera la política de Estados Unidos hacia Venezuela?
– La salida de Tom Shannon, alguien que ha trabajado por años el tema de Venezuela, un funcionario de mucha experiencia en la región, hará mucha falta para nosotros. Pero seguimos trabajando, tenemos un equipo excelente en Washington y aquí en la embajada, vamos a caminar hacia el futuro, vamos a seguir preguntando y buscando consejos del embajador Shannon. Es un amigo mío, personalmente me ha ayudado en mi carrera y sin duda la salida de Shannon afectará no solo nuestra relación con Venezuela, sino con el hemisferio y en el mundo.
La profundización de la crisis económica está provocando un aumento de la emigración en el país. ¿Maneja cifras recientes sobre el crecimiento de la comunidad venezolana en Estados Unidos y las solicitudes de asilo?
– Hemos visto y escuchado que los números de los venezolanos cruzando la frontera son altos. Es importante no vincular las sanciones o las acciones de la comunidad internacional con la situación económica en el país. La situación económica ha venido empeorando por años antes de las sanciones, son las acciones del régimen, la incapacidad para administrar y manejar la economía y la política que las han provocado. No son las sanciones, es la incapacidad del gobierno de cumplir sus promesas al pueblo venezolano.
Los voceros del gobierno de Maduro suelen atacar a Estados Unidos en público y culparlo de todos los males del país. ¿En privado repiten el mismo discurso? ¿Se ha sentido incómodo o atacado aquí en Caracas?
– Sí, he tenido dos reuniones con miembros del Gobierno venezolano y las dos reuniones fueron muy malas. La experiencia fue de ataques directos a mi persona, mi país y mi equipo. Solo puedo decir que si este es el tipo de relaciones que ellos quieren entre Estados Unidos y Venezuela, está bien, pero yo espero un mejor tratamiento para mi equipo y más respeto para las relaciones entre dos países que tienen mucho en común. Inclusive, muchos venezolanos están viviendo en EE. UU. Los dos pueblos merecen mejores relaciones y la vía está abierta para tener mejores relaciones entre los dos países, pero el Gobierno de Venezuela tiene que quererlo. Estamos aquí listos para tratar con ellos.
¿Con quiénes fueron esas reuniones?
– La primera con el canciller y la segunda con un vicecanciller.
El presidente Maduro afirmaba que nada peor que la administración Obama para su régimen, pero ahora identifica a la administración Trump como la mayor amenaza contra la revolución. ¿Qué espera de las relaciones, en el marco del aumento de la conflictividad en el país?
– La lección de esto es que la política pública de Estados Unidos está fundada en la institucionalidad. No importa si es una administración demócrata o republicana, vamos a seguir esta línea por las fallas en el régimen de Maduro. Vamos a seguir trabajando hasta que haya un cambio en el manejo de la política pública de este régimen.
Desde hace tiempo no se veía a un diplomático de Estados Unidos que saliera a la calle y se involucrara con la gente. ¿Por qué viene ese cambio? ¿Qué ha levantado en esos intercambios que ha tenido caminando por Caracas?
– Cada jefe de misión es diferente. Tenemos tareas diferentes, pero más que todo tenemos personalidades diferentes. Esta es mi personalidad. Si nosotros vamos a ayudar en las relaciones entre nuestros países, yo tengo que aprender del país, tengo que hablar con la gente, tengo que salir a la calle, tengo que ver la realidad. Y no solo yo, mi equipo también, vamos a estar en la calle, vamos a hablar con los venezolanos y venezolanas directamente para entenderlos y espero que, con ese entendimiento, podamos ayudar.
¿Tiene miedo a que el gobierno decida declararlo persona non grata?
– No, no tengo ningún temor, no es una amenaza para mí.
¿Existe alguna similitud entre lo que vivió en Guatemala y este momento acá?
– Creo que las situaciones son diferentes. En Guatemala, estábamos trabajando directamente con el gobierno. Nos invitaron a trabajar directamente con ellos y con sus instituciones. Aquí no hay relaciones, no hay intención de trabajar, es más, ellos han invitado a otros países a trabajar. Y está bien, es su derecho como gobierno.