Nueva York da el primer paso para retirar la pena de muerte de su legislación

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El actual gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, reaccionó a la decisión del Vaticano

Los sectores más conservadores de EE. UU. rechazan la decisión del Papa, aunque otros, como el de Nueva York, legislarán para retirar la pena de muerte «en solidaridad con la decisión del Papa», como ha señalado su actual gobernador, el demócrata Andrew Cuomo

El actual gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, reaccionó a la decisión del Vaticano anunciando que legislará para retirar la pena de muerte del Estado. Lo hará, según recoge el diario ABC, «en solidaridad con el Papa y en honor de su difunto padre, Mario Cuomo, que trabajó contra ella en sus tres mandatos como gobernador de Nueva York, de 1983 a 1994».

También Helen Prejean, monja católica que encarnó Susan Sarandon en la película Pena de muerte). En una nota de prensa, declaró sentirse «llena de alegría y profundamente agradecida» porque el Papa Francisco «haya cerrado el último resquicio en la enseñanza social católica sobre la pena de muerte». Y advirtió que a las palabras «debe seguirle la acción».

Pero desde el ámbito más tradicionalista ya se han manifestado en contra de la decisión del Papa Francisco. «Creo que mucha de la gente provida va a sentir que nos ha debilitado», explicaba Bill Donohue, presidente de la Liga Católica de Nueva York. «¿Qué necesidad había de cambiar?», se preguntaba, antes de añadir que «esto solo añadirá más confusión entre los laicos».

El gobernador de Nebraska, Pete Ricketts, republicano y católico es también un firme defensor de la pena capital. Fue él quien promovió un referéndum para restaurar la pena capital en su Estado. Los votantes lo apoyaron tras un intenso debate y el próximo 14 de agosto está prevista que se celebre la primera ejecución de Nebraska en 21 años, según recoge ABC.

A Ricketts, el cambio de doctrina de la Iglesia no parece que le hará cambiar de idea. «Respeto la opinión del Papa, aunque la pena capital sigue siendo la voluntad del pueblo y la ley del estado de Nebraska. Es una herramienta importante para proteger la seguridad pública», dijo tras conocer la decisión del Vaticano de cambiar el catecismo.

El Gobierno de Duterte defiende restaurar la pena capital

Mientras, el Gobierno de Rodrigo Duterte seguirá adelante con su plan de restablecer la pena de muerte en Filipinas, a pesar de que el Papa la declarase inadmisible para la doctrina católica, religión que profesan más del 85 % de los filipinos.

El portavoz presidencial, Harry Roque, ha señalado recientemente que el Ejecutivo filipino «intentará persuadir con suavidad» a los senadores para que aprueben la ley que pretende restaurar la pena capital en Filipinas, donde se prohibió en 2006. «Sigue siendo una de las prioridades de la administración restaurar la pena de muerte para los delitos más graves relacionados con drogas. Pero la decisión está ahora en manos del Senado», subrayó Roque.

La Conferencia Episcopal de Filipinas, que se opuso desde el principio a la medida, aseguró en un comunicado que la declaración del Papa aclara cualquier duda sobre la posición de la Iglesia respecto a la pena capital.

«Un impulso para respetar la sacralidad de la vida humana»

Los países toman sus decisiones, pero instituciones mundiales como la Comunidad de Sant’Egidio han acogido con aprecio la decisión del Papa Francisco de modificar el Catecismo de la Iglesia católica sobre la pena de muerte.

En la nueva formulación del párrafo 2267, la pena capital se define como «inadmisible a la luz del Evangelio porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona». La decisión del Papa «es un impulso más para la Iglesia y los católicos, a partir del Evangelio, para respetar la sacralidad de la vida humana y para trabajar en todos los continentes y a todos los niveles para la abolición de esta práctica inhumana», aseguran dese Sant’Egidio.

La Comunidad, que impulsa desde hace años campañas contra la pena de muerte en todo el mundo, «se siente aún más parte de esta lucha de civilización y de humanidad». Están convencidos, aseguran,  «de que un día la pena capital desaparecerá de los ordenamientos jurídicos, como en Europa –único continente que hasta el momento ha desterrado la pena de muerte– y como está pasando ya en muchos países, sobre todo de África».

Con esta decisión, afirman, «todos los católicos están llamados a ser constructores de un mundo sin pena de muerte».

El CELAM pide a los Estados donde se aplica que eliminen la pena de muerte

La Pastoral Carcelaria de América Latina y El Caribe, a través del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELMA), ha exhortado a través de un comunicado «a los Estados donde en la actualidad se aplica a legislar aboliendo la pena de muerte y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a contribuir a crear en la opinión pública una conciencia cada vez mayor en defensa de la vida, desde la concepción».

Esta modificación la asumen «como un auténtico desarrollo de la doctrina católica» y señalan que, como agentes de pastoral «que caminamos junto con los privados y privadas de libertad subrayamos que siempre hay que creer en la fuerza redentora de la misericordia y en la capacidad del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios de redimirse».

Alfa y Omega