El Obispo de Cúcuta (Colombia), Mons. Víctor Ochoa, señaló que “no podemos estar quietos” ante el sufrimiento de la población de Venezuela y, en ese sentido, recordó que la Iglesia ha respondido desde el inicio de la crisis humanitaria en el país vecino.
En declaraciones a ACI Prensa, el Prelado indicó que desde el 17 de agosto de 2015, cuando el régimen de Nicolás Maduro comenzó a deportar de Venezuela a los ciudadanos colombianos, la Iglesia en Cúcuta “comenzó sus servicios a los hermanos en dificultades”.
Desde entonces y a través de varias iniciativas, como la Casa de Paso Divina Providencia, la Diócesis atiende a las miles de personas que diariamente cruzan la frontera.
Mons. Ochoa señaló que Cúcuta es la ciudad colombiana con más desempleo, “más del 21% de desempleo, y tiene casi el 75% de informalidad”. Sin embargo, “la Iglesia está interviniendo humanitariamente”.
“Estamos ayudando desde hace tres años a esta crisis. Lo estamos haciendo, ayudamos a muchas instituciones en Venezuela. También con la ayuda del Gobierno de los Estados Unidos. Tenemos un consultorio médico que atiende casi 800 personas diariamente. Estamos repartiendo alimentos, estamos ayudando a personas que migran”, indicó.
“La emergencia está creada, pero estamos ya ayudando como la Iglesia”, afirmó a ACI Prensa.
En ese sentido, dijo que desde mediados de 2015 han repartido “un millón de raciones calientes de buena calidad, sin contar raciones de emergencia”.
“Cuando termina el alimento predispuesto para el día repartimos atún y pasta, o atún y arroz y un pan, para que ninguna mujer en embarazo se vaya sin comer, para que ningún niño se vaya sin comer, para que ningún anciano se vaya sin comer”, señaló.
El Obispo dijo que en la Casa de Paso Divina Providencia reparten unas cinco mil raciones diarias. Otras cinco mil comidas son entregadas en ocho parroquias.
“Es la caridad de la Iglesia que tratamos de vivir aquí con mucha fidelidad al Señor: ‘Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, fui forastero y me hospedaste’”, dijo Mons. Ochoa, quien expresó el deseo de los fieles de poder hacer más por los migrantes.
En ese sentido, destacó la entrega de los cerca de 800 voluntarios de parroquias y movimientos, a quienes se suman sacerdotes y religiosas.
El Obispo explicó que según las cifras del Gobierno colombiano al día cruzan la frontera entre 40 mil o 60 mil personas, pero los sábados y domingos el número aumenta a unos 80 mil. De estos unos 2.600 caminan a Ecuador, Perú o Chile. “Los demás, los otros 3.400 se quedan en Colombia”, señaló.
Brasil abre centro de acopio
Este lunes se informó que Brasil aceptó instalar en su territorio un centro de acopio de ayuda humanitaria para Venezuela, tal como hizo la semana pasada Colombia en Cúcuta.
Desde el jueves se ha reunido en el centro de acopio de Cúcuta la ayuda ofrecida por Estados Unidos a Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y autoproclamado presidente encargado de Venezuela el pasado 23 de enero.
Sin embargo, el presidente Nicolás Maduro ha desplegado efectivos para evitar que ingrese la ayuda bajo el argumento de que es el inicio de una intervención de Estados Unidos en el país.
“Venezuela no va a permitir el show de la ayuda humanitaria falsa, porque nosotros no somos mendigos de nadie (…) El paquete es muy bonito por fuera, pero por dentro lleva veneno”, afirmó Maduro el viernes.
Sobre este tema, Mons. Ochoa expresó su deseo de que esa ayuda entre a Venezuela. “Ese es un tema ya de tipo político para no permitir el acceso. Nosotros queremos que el pueblo venezolano tenga todo lo necesario”, manifestó.
Lester Toledo, coordinador de ayuda humanitaria designado por Juan Guaidó, dijo este 11 de febrero que además de Estados Unidos “hay decenas de países de la región, del Grupo de Lima y de Europa, que ya están a la orden para traer las primeras toneladas de ayudas, de insumos médicos, alimentos”.
ACI Prensa