Los venezolanos celebran a Nuestra Señora de Coromoto el 2 de febrero (Fiesta de la Presentación del Señor), el 8 (Natividad de la Virgen María) y 11 de septiembre. El Santuario Nacional de la Virgen de Coromoto fue declarado basílica por Papa Pío XII el 24 de mayo de 1949.
El 7 de octubre de 1944 el Papa Pío XII la declaró “Patrona de la República de Venezuela” y su coronación canónica se realizó el 11 de septiembre de 1952 por los tres siglos de la aparición.
A pocos días de celebrar su fiesta te dejamos una novena en su honor:
Sexto Día de la Novena
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro.
Acto de Contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Padre, Creador y Redentor mío, por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, y propongo firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las malas ocasione, confesarme, y cumplir la penitencia que se me fuere impuesta. Os ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y confío en vuestra bondad, y misericordia infinita me los perdonaréis, y me daréis gracia para enmendarme, y para perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén
Oración Inicial
Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, por cuya intercesión poderosa llegaron al conocimiento de la fe cristiana. Hermosísima Aurora, que brillaste apareciendo en Coromoto y nos dejaste una preciosa prenda de Tu amor, en una milagrosa Imagen, apiádate de nosotros. Alivia nuestros males, poderosísima Abogada nuestra y fortalécenos en las luchas contra los enemigos del alma.
¡Oh Patrona de Venezuela! Haz que nuestra Nación siga siempre en sus leyes, en sus costumbres y en sus empresas, los sabios y salvadores principios del Santo Evangelio. Protege nuestras instituciones, destierra de nosotros el vicio, la impiedad e indiferencia religiosa; en una palabra, renueva la fe en nuestra amada Patria. Promueve en nuestra sociedad obras verificadoras de salud, adelanto moral y material, para que gozando de los beneficios de una paz tranquila honremos y sirvamos fielmente en la tierra a Tu Divino Hijo Jesucristo, a fin de gozarle eternamente en el Cielo. Amén.
Se dice:
– Hazme, Virgen Sagrada, digno de alabanza.
Se responde:
– Dame fortaleza contra tus enemigos.
Oración del Sexto Día
Dios te Salve, Abogada nuestra, que nos amas tanto que sólo cuidas de nuestro bien y nos concedes tus innumerables beneficios y nos favoreces con tus constantes auxilios y santas aspiraciones.
A tus ruegos y divina intercesión se aplaca la Justicia Divina enojada por nuestra culpa. Por tu mediación, Dios conserva y derrama sus gracias sobre este mundo y nos aplica con eficacia los méritos infinitos de Jesucristo Nuestro Señor y Salvador.
Derrama, ¡Oh bondadosísima María! En nuestro corazón, tus luces divinas, para que conociendo y agradeciendo tus inmensos beneficios, podamos cantar tus alabanzas por los siglos de los siglos, en la Vida Eterna. Amén.
(Aquí pedirá cada uno con fervor lo que desea alcanzar en esta Novena)
REZA UNA SALVE.
Oración Final
Oh Gran Dios, que con darnos en Tu Nacimiento a María, obra de tu Omnipotencia, maravilla de la gracia, admiración de los ángeles, honra y alegría de los hombres, escogida entre millares por feliz Madre tuya, y constituida por dulce Madre nuestra, nos dejaste con dádiva tan rica, muy obligados a tu amor; y más, renaciendo en cierto modo para nosotros con su maravillosa Aparición en Coromoto, el mismo día que celebra su natalicio santo.
Mil gracias, Señor, te repetimos, suplicándote fortalezcas nuestra memoria para no olvidar tan altos beneficios, alumbres nuestro entendimiento para reconocerlos y admirarlos; enciendas de amor nuestra voluntad para en obras de amor corresponderlos, acabando la vida en tu servicio con el favor de tu gracia, para gozar de tu Gloria. Amén.
Termina con una corona de doce Ave Marías a la Divina Reina aparecida en la tierra, por la corona de doce estrellas con que la vio San Juan en el Cielo, y añádase tres Padre Nuestros a la Santísima Trinidad por los privilegios, gracias y dones con que la adornaron las Tres Divinas Personas.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
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