Como habrás escuchado, hace algunos años se permitió a un equipo de científicos abrir el lugar que se cree que fue la tumba de Cristo en la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén. La losa había sido sellada hace mucho tiempo y no se había abierto, ni siquiera parcialmente, desde principios del siglo XIX.
Hubo al menos uno, posiblemente dos, descubrimientos asombrosos.
Primero, por el descubrimiento no confirmado: hay rumores de que los científicos olieron inmediatamente un dulce aroma cuando abrieron la tumba. Esos rumores no han sido confirmados, pero se informó algo similar la última vez que se abrió la tumba en 1809.
En segundo lugar, y este es el más increíble: Marie-Armelle Beaulieu, editora en jefe de la revista francesa Terre Sainte, ha recibido la confirmación de un científico del equipo de que la tumba de Cristo tenía un campo electromagnético fuerte e inexplicable que estropeó su equipo.
“El fenómeno fue confirmado por uno de los científicos autorizados para acceder a la tumba”, informa Aleteia. “Más tarde, una de las jefas del equipo de edificación y construcción, Antonia Moropoulou, indicó que es realmente difícil imaginar que alguien esté dispuesto a poner en peligro su reputación solo por un “truco publicitario”.
Además, el periodista da testimonio de la sorpresa de los científicos durante la apertura de la losa: esperaban que la tumba fuera mucho más baja de lo que estaba. Su conclusión: los análisis realizados previamente con los instrumentos parecían haber sido distorsionados por una perturbación electromagnética”.
El sitio web uCatholic especula que este campo electromagnético en la tumba de Cristo puede dar crédito a una teoría de que la Sábana Santa de Turín fue creada por un estallido electromagnético increíblemente fuerte.
Entonces, ¿tal vez la resurrección dejó un campo electromagnético?
Aquí puedes ver la conferencia completa que brindó en 2019 la editora de Terre Sainte
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