“Son días difíciles, la guerra ha sacudido profundamente a nuestra población. Muchos ya no tienen casa y hay colas interminables para hacerse con los productos de primera necesidad. Muchas personas necesitan sentir el apoyo, la fuerza, la presencia de Dios y también del prójimo, del mundo”. Así lo explica a la Agencia Fides el padre Maksym Ryabukha, sacerdote salesiano, director de la “Casa María Auxiliadora” de Kiev, el drama de la capital ucraniana asediada por el ejército ruso.
La situación en Ucrania es cada vez más alarmante: en diferentes partes del país continúan los combates y los bombardeos. “En Kiev, Lviv, Zhytomyr, y en otras ciudades”, explica el padre Maksym, “intentamos crear espacios seguros para los que se han refugiado en nuestras estructuras salesianas y establecer refugios en caso de bombardeos”.
Tras los primeros días necesarios para la organización, los religiosos han puesto en marcha un plan de emergencia destinado a acoger al mayor número posible de personas en las casas salesianas a las que se puede acceder: “En particular en Lviv – informa el misionero – el Ventro que hasta hace cuatro días albergaba a 70 chicos, hoy puede dar hospitalidad a 300 personas.
uestra acción pretende proporcionarles un lugar digno y tranquilo donde alojarse, comida y ayuda espiritual y psicológica”. “Desde que comenzó esta guerra – continua el padre Maksym Ryabukha a la Agencia Fides – nunca hemos dejado de celebrar misas. También las difundimos en línea, a través de las redes sociales. Pero tampoco hemos dejado de visitar a las familias”.
Para concluir, el padre Maksym lanza un sincero llamamiento a la paz: “Es importante no dejar de rezar, ahora: este es el momento en que la oración es nuestra arma más fuerte. Debemos creer en la paz, invocarla de todas las maneras posibles y enseñar a nuestros jóvenes, que viven el horror de la guerra, el valor de la vida”.
Con información de Agencia Fides
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