“La Iglesia no es un partido político” advierte el Papa Francisco

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El Papa Francisco durante la Audiencia General. Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa

En la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco advirtió que aquellos que se refugian “en una idea, en una ideología, sea de derecha, de izquierda, o de centro, están haciendo del Evangelio un partido político, una ideología, un club de gente”.

Este 22 de febrero, el Santo Padre continuó con su ciclo de catequesis acerca de la evangelización y habló hoy sobre el protagonista del anuncio: el Espíritu Santo.

Ante los fieles reunidos en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Pontífice explicó que “bautizar significa sumergir”, y algo que también “expresa una acción vital: sumergir la propia vida en el Padre, en el Hijo, en el Espíritu Santo”.

Para el Santo Padre, esto supone además “experimentar cada día la alegría de la presencia de Dios que está cerca de nosotros como Padre, como Hermano, como Espíritu que actúa en nosotros, en nuestro propio espíritu”.

“Es sólo gracias a Él, al Espíritu, que se puede recibir la misión de Cristo y llevarla adelante”, destacó.

“El anuncio del Evangelio, por tanto, se realiza sólo en la fuerza del Espíritu, que precede a los misioneros y prepara los corazones: Él es ‘el motor de la evangelización’”, señaló a continuación.

En este sentido, recordó que los Apóstoles “no siguen esta sabiduría humana, sino que se adaptan a la obra del Espíritu que les había anticipado, descendiendo tanto sobre los paganos como sobre ellos”.

“Juntos, sin dividirse, a pesar de tener sensibilidades y opiniones diferentes, escuchan al Espíritu. Y Él enseña una cosa, que también es válida hoy: toda tradición religiosa es útil si facilita el encuentro con Jesús”, afirmó.

“El Evangelio no es una ideología”

A continuación, aseguró que “la histórica decisión del primer Concilio, de la que también nosotros nos beneficiamos, estuvo movida por un principio, el principio del anuncio”.

“En la Iglesia -explicó-, todo debe ser conforme a las exigencias del anuncio del Evangelio; no a las opiniones de los conservadores o los progresistas, sino al hecho de que Jesús llegue a la vida de las personas”.

En esta línea, expuso que “toda elección, uso, estructura y tradición debe ser evaluada en la medida en que favorezca el anuncio de Cristo”.

Más tarde, advirtió que “cuando se encuentran divisiones en la Iglesia, por ejemplo divisiones ideológicas, ‘Yo soy conservador porque… yo soy progresista porque…’.  ¿Dónde está el Espíritu Santo?”.

“Estar atentos en que el Evangelio no es una idea, el Evangelio no es una ideología, el Evangelio es un anuncio que toca el corazón y te lo cambia”, defendió el Papa Francisco.

“Pero si tú te refugias en una idea, en una ideología, sea de derecha o de izquierda, o de centro, estás haciendo del Evangelio un partido político, una ideología, un club de gente”.

“El Evangelio siempre te da esta libertad del Espíritu que actúa en ti y te lleva adelante. Cuánto se necesita hoy asirse de la libertad del Evangelio y dejarse llevar adelante por el Espíritu Santo”, aseguró.

“El Espíritu consuela, reanima, ilumina”

Siguiendo esta línea, el Papa Francisco destacó que “el Espíritu ilumina el camino de la Iglesia”.

“En efecto, no es sólo la luz de los corazones, es la luz que orienta a la Iglesia: esclarece, ayuda a distinguir, a discernir”.

Asimismo, explicó que “como Iglesia podemos tener tiempos y espacios bien definidos, comunidades, institutos y movimientos bien organizados, pero sin el Espíritu todo queda sin alma”.

“La Iglesia -advirtió el Papa-, si no le reza y no le invoca, se encierra en sí misma, en debates estériles y agotadores, en fatigosas polarizaciones, mientras se apaga la llama de la misión. Es muy triste ver a la Iglesia como un parlamento”.

“El Espíritu, en cambio, nos hace salir, nos empuja a anunciar la fe para confirmarnos en la fe, a ir en misión para encontrar quiénes somos”, señaló.

El Papa invitó a los fieles a rezar “a menudo al Espíritu, invoquémoslo, pidámosle cada día que encienda en nosotros su luz. Hagámoslo antes de cada encuentro, para convertirnos en apóstoles de Jesús con las personas con las que nos toparemos. No apaguéis el Espíritu ni en la comunidad cristiana ni dentro de cada uno de nosotros”.

Por último, explicó “el primado de la consolación sobre la desolación”, y señaló que “primero está el Espíritu que consuela, reanima, ilumina, mueve; después vendrá también la desolación, el sufrimiento, la oscuridad, pero el principio para regularse en la oscuridad es la luz del Espíritu”.

“Tratemos de preguntarnos si nos abrimos a esta luz, si le damos espacio: ¿yo invoco al Espíritu? ¿Me dejo orientar por Él, que me invita a no cerrarse sino a llevar a Jesús, a testimoniar el primado de la consolación de Dios sobre la desolación del mundo? “, concluyó.

ACI Prensa

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